capitulo seis

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Narra escritor.

---¡Voy enseguida!--- se escuchó una voz femenina a través de una puerta principal. Los dos se quedaron esperando en la puerta, Kaori ni se molestó en pensar que Miyata literalmente la dejó en la puerta de la casa.

Su amiga Vanessa abrió la puerta, sonriente hasta que notó el estado en que venía su mejor amiga. ---¿Que sucedió?--- su tono serio acompañado de una mirada de desconfianza hacia Miyata. Al notar lo obvio, la de cabello castaño negó agitando su mano frente a su rostro.

---Te explicaré luego--- la empujó hacia adentro de su propia casa y en todo momento quedó viendo con recelo al de cabello negro. ---¡Gracias por todo, Ichiro! ¡Pronto te devolveré la playera!--- se despidieron alzando la mano.

Fue hasta que ella cerró la puerta que pudo irse por dónde vino para llegar al gimnasio.

Pasaron a la habitación de la rubia, saludando de paso a la mamá de Vanessa que estaba en la sala. Cuando cerraron la puerta, Kaori se sentó en la cama mientras Vanessa se colocaba al frente con una silla, mirando seriamente a la otra. ---Habla--- demandó provocando un suspiro por parte de Kaori.

---Bueno... Me metí en una pelea con unos tipos y terminé así.

---¿Que? ¿Ayer?--- ella asintió en respuesta. La rubia llevó una de sus manos a sus labios pensativa. ---Cielos ¿Quienes fueron esos bárbaros?

Los recuerdos de Kaori se hicieron presente, recordando aquel grupo que fueron detrás de ella luego de dejar a Vanessa en su casa.

"¿Te crees muy hombre? ¡Lesbiana!"

Al parecer, la cercanía de las chicas les dió una idea equivocada de la relación que sostienen. Kaori intentó defenderse y aclarar las cosas, siendo inútil y por ello recibió múltiples golpes en su punto ciego. ---Pero--- la voz de su amiga la hizo volver a la realidad. ---¿Te quedarás sin hacer nada?

Un chispazo recorrió todo el cuerpo de la chica de cabello castaño. Su mente estaba nublada desde antes y no se había preguntado que era lo que haría o como la haría. Kaori llevó su cabello hacia atrás dando un sonoro suspiro. ---No...--- dijo para luego sonreír grandemente hasta mostrar sus dientes. ---¡Quiero vencerlos!

No hace mucho tiempo, Kaori pasaba de gimnasio en gimnasio intentando encontrar uno económico y accesible para su estado actual en que tiene que trabajar y estudiar

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No hace mucho tiempo, Kaori pasaba de gimnasio en gimnasio intentando encontrar uno económico y accesible para su estado actual en que tiene que trabajar y estudiar.

---¡Por favor! ¿Puedo inscribirme en este gimnasio?--- Ella sabía que por si sola no iba a lograr su objetivo y volvió a aquella rutina de ir a pedir a los gimnasios. Aún así tenía que mostrar respeto y Kaori les hacía una reverencia cada vez que hablaba con el dueño de un gimnasio. Sin embargo todos decían lo mismo:

"Lo siento, no creo que seamos los adecuados para ti."

"No podemos aceptarte."

"Es un gimnasio para boxeo, no aceptamos a mujeres."

Cada uno se negó a su manera, algunos más directos que otros, pero al fin y al cabo todos se negaron a entrenarla. En su distrito no había uno específicamente para mujeres, y el único que se dedicaba a eso estaba en un lugar inaccesible incluso si corría.

¡PAM!

Un golpe iba directo a los brazos de la chica que estaban guardia arriba. Cada día que Kaori iba a dejar a su mejor amiga hasta su casa, era emboscada por los mismos chicos.

Ella los mantenía al frente evitando darles la espalda. Pero si iba esquivando a unos dos, otro le dió un golpe en la espalda con el codo, derribando a la chica que enseguida se hizo bolita ya que lo siguiente que hicieron fue patearla todos a la vez hasta agotarse.

Cada vez que ellos la dejaban en mal estado, la de cabello castaño regresaba a la casa de su amiga y le pedía que ocultar sus heridas luego de tratarlas. En algunas ocasiones, ella evitaba a los chicos, sintiendo luego la impotencia prefiriendo a enfrentarse a ellos que lamentarse luego.

---¡Kaori!--- la voz de Miyata la hizo volver al mundo. Estando en una banca del parque descansando luego de correr, Kaori se mantuvo pensativa viendo las hormigas caminar. ---¿En qué estás pensando? Te hablo desde hace tiempo.

---Ah, perdón. Es solo que... No puedo encontrar un gimnasio para practicar--- dijo rápidamente evitando decir el motivo.

---¿Ahora buscas un gimnasio? Pensé que estabas bien con tu rutina--- le habló, pero ella volvió a estar sumergida en su pensamiento provocando que suspira rendido. ---Sabes que puedes venir al gimnasio Kamogawua cuando gustes, yo te ayudaré.

Al escucharlo, una idea se hizo presente como rayo en su cabeza y se levantó con una gran sonrisa en su rostro. ---¡Eso es! ¡Tengamos un sparring, Ichiro!

El chico siguió con la petición de la muchacha, teniendo la misma regla del que de él primer golpe sería el ganador

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El chico siguió con la petición de la muchacha, teniendo la misma regla del que de él primer golpe sería el ganador. En esa ocasión el combate fue igual al que tuvieron por primera vez, siendo la excepción que Miyata fue el primero en conectar el golpe y dejandolo como ganador.

Sin embargo, día tras día, la chica seguía pidiendo un sparring contra él teniendo el mismo resultado, pero ella se veía feliz día tras día.

---¿Acaso no te rindes? ¿Marimacha?--- de nuevo estaba en esa situación rodeada por los tres chicos en ese callejón. Ella suspiró con pesadez colocando de inmediato su guardia contra ellos.

¡Pam!

---¿Eh?--- pasando el transcurso de la pelea, Kaori logró asestar unos golpes a uno de ellos hasta dejarlo noqueado. Ella misma se había aprendido, cosa que hizo que se detuviera un momento y en ese momento los otros dos chicos lograron derribarla. No tardaron en patearla como siempre lo hacían, con la diferencia de ser solamente dos.

Llevando a su compañero con ellos, los chicos se fueron dejando sola a la chica que se volteaba para mirar al cielo.

Un poco más...

¡Un poco más y lo lograré!

Mi Espíritu De Lucha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora