♡ ; tell me.（minayeon）

O4

―Entonces, ¿cómo te ha ido con el bebé pingüino?.

Nayeon se sobresaltó ligeramente ante la voz de una de sus amigas, pues no la había oído llegar al apartamento. Se dió la vuelta, dejando el sándwich que estaba haciendo sobre la mesada, encontrándose con una pelinegra de ojos rasgados y labios gruesos parada en el marco de la puerta.

―Joder Jennie, por eso algunas veces quisiera correrte de aquí. ―Farfulló entre dientes, cruzándose de brazos cuando escuchó a Kim reír.

―Me amas y lo sabes. ―Se encogió de hombros Jennie, pasando de largo a la castaña para ir al refrigerador. ―¿Y entonces...?

―¿A qué te refieres con pingüino bebé?.

―Eres tan tonta, unnie. ―La mayor rodó los ojos y nuevamente siguió preparando su sandwich. ―Me refiero a tú novia, Mina.

Nayeon frunció un poco el ceño.

―¿Desde cuándo le dices pingüino bebé?.

―Desde que descubrí que corre como un pingüino. ―Cerró la puerta del refrigerador, llevando consigo una cajita de jugo.

―Uhm, bueno. ―Jennie siguió viendo a Nayeon apesar de su silencio. ―Vamos bien, supongo.

―¿Supones?.

―Llevamos una relación normal, ¿qué más quieres qué te diga?.

―¿Le has hablado el día de hoy?. ―Jennie notó perfectamente como el cuerpo de su amiga se tensó ligeramente. Sorbió de su jugo y habló de nuevo―Yeon.

―Le hablaré luego. ―Dijo sin más.

―¿Ya has visto qué hora es?, las dos de la tarde, ¿a qué hora es tú "le hablaré luego", uhm?.

―¿Por qué te importa tanto mi relación?, yo se lo que hago, ¿sabes?. ―Kim rápidamente detectó como la más grande se puso a la defensiva.

―Por que eres mí amiga y por que esa chica es inocente, Nayeon, Jihyo me contó la situación.

―Tenía que ser ella, ya me lo imaginaba, con lo bocona que es.

―No hables asi de tú mejor amiga, Im.

―Yo hablo de mi mejor amiga como quiero. ―Se dió la vuelta y encaró a Jennie, quien pudo ver como los ojos de Nayeon estaban levemente oscurecidos.

―Nayeon.

―Puedes comerte ese sándwich si quieres, por que yo ya no.

Y se fue, pasando por el lado de la pelinegra de forma rápida, rozando su hombro con intención. Kim suspiró frustrada.

En verdad temía por Mina, esa pequeña japonesa que tenía un gran parecido a un ángel, inocente, bonita y sobretodo, pura.

Quizás había caído en las manos equivocadas.

Por que Nayeon podía ser su amiga, pero también conocía su caracter y a decir verdad, temía mucho por Myoui Mina.

―Mina, apenas tiene como un mes que llevas siendo novia de Nayeon y ya estás planeando hasta el color de tu lencería que usarás en la luna de miel.

La aludida se sonrojó ferozmente y Tzuyu rió al ver a su amiga como un tierno tomatito.

―Tzuyu-ah, dejá a Minari. ―Regañó su novia, adentrandose a la sala en donde las dos menores reposaban sobre el sofá grande.

―Solo digo, no te ilusiones tanto, Mina unnie. ―Se encogió de hombros, cruzándose de piernas mientras le sonreía a la nipona mayor.

―Yo no me estoy ilusionando tanto. ―Murmuró por lo bajo, jugueteando nerviosamente con sus deditos.

La pareja vió al mismo tiempo a Myoui.

―Esta vez estoy de acuerdo con Tzu, Mina.

―Pero yo-

―Escucha, Nayeon no me da buenas vibras, no te estoy diciendo que no puedes enamorarte de ella, pero tampoco te hagas muchas ilusiones, Mitang. ―Le explicó Sana, sentandose en el sofá individual, frente a las más pequeñas. ―Solo... no quiero que te rompan el corazón.

―No queremos. ―Corrigió la taiwanesa, pues ella también se preocupaba por su amiga japonesa. Mina podía ser mayor que ella, pero aveces se le olvidaba eso por la tierna y pura actitud de la bonita pelinegra con lindos lunares.

Myoui Mina era como una bolita tímida que había que cuidar.

Y para Sana era como la hermanita menor que nunca tuvo y que anhelaba cuidar con su vida.

―Gracias por la preocupación chicas, pero estaré bien, mis ilusiones no son muchas. ―La verdad es que ni ella se lo creía.

―Por ahora fingiré que te creo, pero si esa idiota te hace algo, juro que no me importará la cara de rata que tiene y la dejaré peor.

Mina rió junto a Tzuyu.

―No te conocía asi de ruda, unnie. ―Mencionó la castaña menor con cierto tono juguetón.

―Iugh, no ahora Tzuyu-ah. ―La pareja rió al ver la mueca de la pelinegra.

Y el resto de la tarde entre amigas se basó en risas y charlas largas que llenaban el corazón de cada una de una agradable alegría.

Y detrás de esa hermosa sonrisa que Mina dedicaba a sus amigas, había una nube de ilusión que tenía un único nombre.

Im Nayeon.

Por que tal vez Mina en verdad estaba planeando más de lo que debía de su vida junto a Nayeon.