CAPITULO 17

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Tal como dijo Erik, en diez minutos vino a recogerme y me alivié de que así fuera porque Alexa y Austin estaban saliendo. No quería que me humillasen mas de lo que me sentía.

Me sentía traicionada por la que fue mi mejor amiga desde que tenía 8 años. Austin era mi novio, y le quería, pero últimamente ya no era lo mismo. Me estuvieron engañando en todo, y aunque tal vez no les tocaba recordarme tampoco me dijeron que tuve un primer amor. Siempre creí que fue Austin y Alexa nunca me contrarió.

Él que tenía una relación era él, y son culpables tanto él como ella. Pero mi amistad la consideraba especial. Me lancé a los brazos de Erik porque en ese momento lo vi como mi salvador, como la única persona que quiere decirme la verdad o al menos lo intenta.

Salí de mis pensamientos con la pregunta de Erik

—¿A tu casa? — dijo dándome una rápida mirada para volverla a la carretera. Había puesto la calefacción y me dio su chaqueta que olía a él. Me sentía muy cómoda.

¿A casa? Todavía estaba enfadada con mis padres.

Hoy, todas las personas que quiero me habían mentido y no me quedaba nadie más salvo él... Fue mi novio hace años, y aunque lo recordé hace poco fue el único que intentaba ayudarme a descubrir las cosas.

—No quiero ir todavía a casa

—¿Te dijeron algo tus padres?

—Insisten en que tienes la culpa de todo y que no te preocupaste por mi a pesar de decirles que sabía todo, que ya te recordaba

—No se lo tomaron muy bien por lo que veo. Siento que estés enfadada con ellos por mi culpa— dijo apesumbrado mirándome de reojo

—No tienes la culpa. Me molesta que me mientan y puedo entender que lo hicieron para protegerme, pero no que ya sabiendo todo quieran volver a mentirme.

—Piensan que te abandoné, Los entiendo. Te dejé por una carta

—Y todavía sigo enfadada por eso. Pero ya han pasado bastantes años. — le dije mirando su perfil—

—¿Quieres venir a mi casa?

—¿Vives allí solo?

—Si. Pronto vendrán mis hermanos y espero que mi madre también. —sonrió.

—Ahora que si me acuerdo de ti, pero apenas de tu familia

¿Tu padre no vendrá? — Noté que se ponía rígido y apretaba las manos en el volante con sus nudillos volviéndose blanco

—No —dijo brusco.

Todo se quedó en silencio y me empecé a sentir mal. Estaba empezando a sentirme bien en su presencia y me había olvidado de todo lo que ha pasado.

—Lo siento si dije algo que te molestó —dije con voz baja. Me sorprendió que desviara el coche aun lado de la carretera. Él me sujetó con una mano la barbilla mientras centraba sus ojos en los míos.

—No pidas perdón. —suavizó su voz— No dijiste nada malo ¿vale? Es solo... no me gusta hablar de mi padre.

—Está bien

—¿Quieres venir a casa entonces?

Asentí y el continuó conduciendo

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