[ 57 ] ✧Reconciliación Peculiar✧

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—Toc toc... ¿Estás aquí, Ty?—pregunté tocando la puerta de su habitación.

—Sí, pasa, amor.

Abrí la puerta y ojeé el interior de la habitación, Tyler estaba sentado sobre la cama, recostando su espalda contra la pared, con un libro abierto entre sus manos. Alzó la vista y me sonrió, cerrando el libro.

—Hola, mi hermosa.

Me acerqué y me senté a su lado, lo abracé cuidadosamente, depositando un beso suave en sus labios.

—Hola, mi príncipe. ¿Cómo te fue hoy?

—Podría decirse que bien, odio estar aquí, pero al menos puedo seguir viéndote.

—¡Aaw!—lo besé de nuevo.

—Mi psiquiatra me dice que estoy progresando, sólo porque a mi padre se le antojó decir que tengo problemas de ira y no he demostrado un comportamiento así.

Acaricié su cabello.

—Lo sé, no tienes problemas de ira, tú no tienes ningún problema.

—La directora dice que estoy fingiendo para que me den de alta.

—¡Agh! Esa señora me tiene harta.

—También a mí.

Suspiramos y posé mi mirada sobre su libro.

—¿La chica ojos de luna?—indagué.

Miró su libro y sonrió.

—Sí, es un libro hermoso.—respondió.

—Es verdad, también lo estoy leyendo.

—Lo imaginé.

Reímos.

—Oye, amor.—llamé su atención.

—Dime.

—¿Ya te enteraste de la fogata que habrá hoy?

Asintió.

—¿Vienes conmigo? No quiero estar sola con gente que no conozco.

Me abrazó.

—Claro que sí, amor, te acompañaré.

—Gracias, nos vamos a las diez.

—Perfecto.—besó mi frente—Oye...—esa mirada de nuevo.

Reí.

—Sí, amor, hagámoslo.

Me levanté para ponerle seguro a la puerta, me desvestí y regresé a la cama con él.

—Te amo, Moni. Sé que te lo digo siempre, pero no puedo dejar de expresártelo.

—Y a mí me encanta que lo hagas, yo también te amo, Ty.

Me subí encima de él y comenzamos a besarnos apasionadamente.

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Salí de la habitación de Tyler en silencio y me encaminé a la mía, debía estar ahí antes de que llegaran los enfermeros y antes de que llegara Karen.

Abrí la puerta y entré, cerrándola a mis espaldas, busqué la pijama que una enfermera me había dado días atrás y me la puse, el uniforme lo coloqué en el cesto de ropa sucia de mi habitación. Busqué un libro y me senté en la cama para leer un rato.

Alguien tocó la puerta.

—Pase.—indiqué.

La puerta se abrió y un par de enfermeros entraron.

White Soul.© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora