Capítulo 33.

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Un nuevo comienzo.

Narrador omnisciente.

-¡GRANGER! ¡MALFOY! ¡REGRESEN AQUÍ AHORA MISMO!

La directora McGonagall corría tras el par de tórtolos que escaparon por los pelos hasta llegar hasta el tercer piso, donde pudieron respirar un poco.

-No puedo creer lo que acabas de hacer.

-Ni yo, Draco.

-¡Le tiraste un disco volador con colmillos a Filch!

-¡¿Viste la cara que pusieron él y la señora Norris?! ¡Fue increíble!

Ambos se cayeron al suelo sujetándose el estómago con ambas manos, partiéndose de risa.

-¿Metiéndose en problemas otra vez, primito?

Al levantar la vista, Draco abrió los ojos de par en par.

-¡Tonks! ¡Remus! ¡Aquí están!

Corrió a abrazarlos.

-¡Y miren a quien han traído, pero si es nuestro pequeño Teddy! ¿Cómo está el sobrino más lindo del mundo?

Draco cargó al bebé entre sus manos. Éste se reía y movía las manitas para jalarle el cabello rubio a su joven tío.

-¿Qué hacen aquí?

-¿No creías que nos íbamos a perder tu partido de Quidditch, o sí?-preguntó Lupin sonriendo-Te felicito Draco. No sólo podrías entrar a la selección de Inglaterra este año. Nos enteramos que también has pasado con éxito todos los ÉXTASIS hasta ahora.

-Bueno, tuve ayuda de la mejor.

Draco le lanzó una sonrisa de complicidad a Hermione, y ella sólo puso los ojos en banco.

-Bueno, tenía una promesa que cumplir, ¿o no?

-Buena suerte hoy, Draco.

Era Harry. Él y Cho iban llegando junto al resto de sus amigos.

-Espero que todas esas sesiones de práctica rindan frutos hoy, Draco.

-Igual que nuestras sesiones de estudio en la biblioteca para que pases el ÉXTASIS de Defensa Contra las Artes Oscuras.

-Tuve ayuda de la bruja más inteligente de Hogwarts y de los mejores buscadores de Gryffindor y Ravenclaw, ¿cómo no va a rendir frutos todo eso?

Los jóvenes se rieron. Había pasado un año desde el final de la guerra y aunque gran parte del mundo mágico seguía recuperándose, ellos podían empezar a relajarse y disfrutar de su primer año normal en Hogwarts. O al menos tan normal como es posible en una escuela de magia.

-¿Mucho trabajo en el Ministerio, Harry?

-Los aurores tenemos muchas responsabilidades, Draco.

-Ya. Que bueno que decidí no aceptar la oferta de Shacklebolt para ser auror después de la guerra. Lo dije antes y lo reafirmo ahora, el trabajo de oficina nunca se me ha dado. Y poner mi vida en peligro luchando contra trols tampoco.

-Me alegra que hayas encontrado lo que te gusta, Draco.

-Lo mismo te digo, Harry.

-Bueno, nos tenemos que ir-Cho tomó a Harry de la mano-mi madre no tarda en llegar y queremos reservarle los mejores asientos para verte hoy Draco, ¡suerte!

Después de que se fueron, Astoria y Neville se acercaron.

-Oí que recibiste una Saeta de Fuego como la de Harry, ¿es cierto?

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Amor y Redención.Where stories live. Discover now