4⭐️ 𝚂𝙰𝙱𝙾

2.6K 337 22
                                    

El juego de perseguir a Ace fue divertido en cierta forma.

Luffy se sentía como un cazador que jugaba con su presa.

Podría haber seguido a Ace sin problemas con sus nuevos poderes, pero prefería ver hasta dónde llegaban los límites de ambos.

En algún momento, Ace debería ceder, se notaba en su mirada la presión, la paranoia y la desesperación. . . Era como ver el agua hirviendo de Makino cuando cocinaba. Solo debía esperar a que Ace entrara en ebullición. . . Y finalmente estallara.

Sin embargo, un día se cansó de la actitud pedante y exasperante de Ace.

También estaba cansado de tener que lidiar con los animales que había en los valles donde acababa cuando Ace lo tiraba. . . O cualquier peligro mortal que le pusiera el mayor por encima. Sin embargo, se dió cuenta de primera mano, que Ace nunca sería calaz de matarlo con sus propias manos, solo mediante objetos externos o situaciones de riesgo.

Había matado algunas bestias tanto para defenderse como para poder comer.

La primera vez que mató a una de las bestias. . . Vio sus manos llenas de sangre. Y también, sintió como el corazón del animal poco a poco se detenía. . . Y le gustó esa sensación.

Sin embargo, sabía que eso estaba mal, obligándose a no estar agusto con aquello. Lo hacía por necesidad, no por gusto.

Un día, usando su fruta, Luffy siguió sin problemas a Ace, llegando hasta aquel basurero

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Un día, usando su fruta, Luffy siguió sin problemas a Ace, llegando hasta aquel basurero. . . Therminal Grey.

Era un lugar que apestaba a muerte, desesperación, tristeza. . . Era una fragancia putrefacta para muchos, y los que no estaban afectados es que vivían allí.

Sin embargo, a Luffy no pareció importarle el hedor, observó el lugar de forma detenida, encontrando algunas cosas interesantes en el camino. Pero no había rastro del pecoso por allí. Eso le enojó, ¿acaso Ace había sido capaz de darle esquinazo? ¿O acaso él no fue lo suficientemente rápido?

Aunque al menos no fue una pérdida de tiempo muy grande. 

Sin embargo, pronto se aburrió, así que bajó de nuevo al bosque. A parte de las cosas que encontró, no había mucho más en aquel basurero.

Y para su dicha burbujeante, pudo encontrar a Ace. . . Pero se detuvo un momento al verlo con aquel niño rubio. Más o menos debían de ser la misma edad. . . Es decir, mayor a él.

Así que aquel era el secreto que Ace quería esconder, o al menos, uno de los secretos.

El rubio, a ojos de Luffy, era como un pequeño conejo asustado que aparentaba ser un lobo. No tenía en su mirada aquella maldad, malicia o ira que tenía Ace. Cómo mucho, podía ver un rencor pesado.

Al ser descubierto, fue atado al árbol donde los mayores lo habían descubierto.

Luffy podría haberse soltado de inmediato sin ningún problema. Pero le daba curiosidad por lo que harían con él por descubrir el secreto del tesoro que ocultaban.

Así que ellos querían ser piratas. Si Luffy los tenía a su lado. . . Todo podría ser más fácil. Ace era fuerte y Sabo parecía muy inteligente.

Aunque cuando comentaron el querer matarlo. . . Por un momento pensó que podría llegar a ser posible, parecían muy dispuestos a hacerlo.

Incluso les dijo cómo sería la forma más fácil. Era un usuario, así lo que más fácil era lanzarlo al agua.

Pero, entre las lágrimas que logró sacar, pudo ver la lástima en los ojos del rubio. Y en ese momento, supo que por su parte, no podría esperar un asesinato. Lo cual, le decepcionó en gran parte.

Luego, llegaron aquellos piratas de cuarta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Luego, llegaron aquellos piratas de cuarta.

Sería una buena oportunidad de probar algunas cosas y de paso, ganarse la confianza de los dos chicos mayores.

Aunque no fue bonito ser torturado por tanto tiempo. . . Se dió cuenta, con morbosa fascinación, que el dolor no era ni de lejos, como el que le podía provocar Garp en sus, disque, entrenamientos.

Incluso, volvió a reclamar, diciendo cuál era su fruta y como los golpes no le afectaban. ¿Hasta dónde sería capaz de llegar ese pirata por la información que quería?

Luffy ni siquiera pudo evitar una risa, a pesar de la sangre, aquella era situación bizarra e hilarante para el pequeño de siete años.

Y a Porchemy le recorrió un escalofrío. No se había dado cuenta antes, pero el mocoso no había apartado la mirada de él en ningún momento. Tampoco hubo lágrima alguna, ni siquiera gritos. . . Había estado tan centrado en torturarlo para que revelera el paradero del tesoro de los otros mocosos que. . .

— Estás loco niño. . .– nunca admitiría que el pelinegro llegó a estremecerlo.

— Eres tú quien está tratando mal a un niño de siete años.

Ambos se miraron un rato, hasta que lágrimas repentinas salieron de los ojos de Luffy, confundiendo al mayor.

Fue en ese momento que Ace y Sabo entraron, golpeando a los piratas y liberándolo.

Aunque las cosas luego se complicaron, haciendo que Dadan tuviera que ir por ellos, al final, todo acabó.

Pero fue esa noche, cuando los dos chicos creían que él estaba dormido, que supo que logro su objetivo.

— Nosotros cuidaremos de ti Luffy– Sabo acariciaba su cabello, su voz era suave y dulce.

Ace había resoplado ante las palabras de su amigo.

— Es un niño tonto, ingenuo y débil, nos necesitará por mucho tiempo.

— No pareces muy molesto por eso Ace.– El tono de Sabo fue burlón.

— CÁLLATE SABO.

El rubio le chistó.

— Lo vas a despertar.

Luffy no pudo evitar sonreír internamente. Incluso podrían llegar a agradarle en algún punto. Aún no los conocía bien.

¿El bueno? ¿Cuándo?Where stories live. Discover now