He be popping it.

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— ¿Ella no se ha enterado que vienes todas las noches, Joshua?

El aludido ni siquiera se inmutó, acomodando el cuello de la costosa gabardina negra que portaba.

— Soy lo suficientemente indiscreto como para que pueda hablar sobre ello. Si no me ha confrontado, no le importa en lo absoluto.

Mingyu soltó un pesado suspiro antes de beber de su copa el más delicioso Macallan que servían en el establecimiento, su ancha espalda recargándose en el sofá donde estaban esperando a sus invitados. Ambos disfrutaban el bullicio de las personas lejos de la zona V.I.P, el acogedor espectáculo de luces con tonos oscuros mostrando las siluetas de los bailarines con poca ropa atraía su atención como un faro alumbrando en la penumbra.

— ¿Son así las cosas? ¿Tu familia no se preguntan dónde pasas la mayoría de las noches?

— Ellos se divierten con mi dinero, puedo dedicarles mis fines de semana si se trata de jugar a la familia feliz.

— Qué escoria.

Joshua simplemente se rio, chocando su copa de Cabernet contra el vaso de su mejor amigo a modo de respuesta.

Ambos eran tan similares. Frecuentaban el club Rose Serenity cuatro o cinco días a la semana, solo para divertirse hasta altas horas de la madrugada.

Por supuesto, ellos tenían con quién hacerlo. Los orbes de Joshua brillaron de entero reconocimiento tan pronto la etérea figura de su acompañante se abrió paso tras las cortinas de la zona exclusiva donde se encontraba. Portando aquella camiseta holgada de seda que apenas estaba abotonada, el largo cabello despeinado daba aquella imagen de rebeldía que Joshua simplemente quería enredar las falanges de sus dedos entre los suaves mechones y tirar de ellos al besarlo.

Mierda, lo ansiaba. 

Por la mirada del otro individuo, parecía que no era el único.

Jeonghan era el indicado para él. Un par de años atrás, había bastado con invitarle una copa de whiskey para ser invitado a pasar la noche, la adictiva sensación de complementarse el uno al otro los convirtió en un sucio secreto.


— Hola, Mingyu.


El aroma de su cita se mezcló en su burbuja de espacio personal; un beso dominante, cargado de posesividad fue dejado en sus labios junto a un indiscreto apretón en su entrepierna a modo de saludo. Los ojitos coquetamente somnolientos con los que soñaba le miraron divertidos.

— Hola a ti, Shua.


— Solo váyanse, Seungkwan y yo no queremos otro espectáculo entre ustedes desde luego.

Entre risitas, Jeonghan tiró de él para llevárselo a otro lugar.


Aquella velada, Joshua fue atado totalmente desnudo a la silla de su habitación privada, el nudo en sus muñecas comenzó a lastimarle casi tanto como sus testículos, tan deseosos de derramar su esencia en un bendito orgasmo.

Uno que fue rotundamente negado por el precioso castaño frente a él; con la mirada tan enloquecedoramente complacida que su estómago se apretó de la emoción. No tenía derecho alguno a lucir tan angelicalmente perverso.


— Es una chica muy afortunada, se casó con un hombre como tú... ¿Te echaría de casa si se enterara de toda la mierda que haces?


Incluso su voz era dulce, tan dulce como su apariencia lo era.
Jeonghan se inclinó como si fuese a besarlo acariciando la barbilla del hombre a su disposición, el toque fue suave, un mimo engañoso que terminó con una bofetada sonora en la mejilla adversa. Joshua gimió, observándolo con ojos llorosos.


— ¿Huh? ¿Te gusta eso? Qué chico más travieso...

Fue golpeado de nuevo, con la excusa de igualar el bonito color ligeramente rojizo que la pequeña palma de su amante dejó en su pómulo izquierdo.


— Pero por supuesto que te gusta, estar en la boca de todos, que susurren tus libertinos secretos tan pronto pones un pie en el lugar, ¿No es cierto?

Joshua no pudo ocultar la sonrisa de entera satisfacción que nació en sus confines al escucharlo, líquido preseminal goteó de su glande como clara evidencia a sus perversiones.

Jeonghan utilizó los dedos de sus pies para presionar sus duros sacos haciéndolo gimotear.


— ¿Te gusta inclusive que los niños lo sepan?

La pregunta voló por su cabeza tan pronto el delicado varón volvió a pisarlo, su erección palpitaba contra su abdomen, el placer de ser tratado de aquel modo competía con el dolor.


  — Ellos deben mirarte y preguntarse... ¿Mami no sabe que papi se está poniendo caliente fuera de casa? Papi está haciendo algo impuro.


Fuck... Hannie...


Él se rio, bajando sus manos hasta su delicado cuello; sus dígitos lo rodearon para presionar lo suficiente pausando su respiración, un gruñido ahogado causó una mueca placentera en sus facciones, lo único que Jeonghan obtuvo como recompensa.

Era jodidamente perfecto, y por ello lo adoraba.

Su precioso querubín lo mantuvo al borde con cada maltrato recibido, golpes de látigo que dejarían marcas visibles fueron dejados en su torso, así como contornos de mordidas en sus hombros y bíceps se encargaron de hacerlo suplicar vergonzosamente para follarlo.

Después de una eternidad celestial, Jeonghan finalmente se dejó caer en su regazo.

Estirarlo siempre era una delicia, el complejo de superioridad en él desaparecía tan pronto se encargaba de tocar su próstata. Sentir piel contra piel era lo más alucinante, podía percibir con mayor plenitud los apretados músculos alrededor de su eje conforme se acostumbraba a tomarlo.

Posterior a ello, Joshua se satisfizo al observar al entrañable ser divino moverse sobre su polla, un baile sensual que comenzaba entre ambos cuando aquel precioso hombre arqueaba la espalda al subir y bajar lentamente al montarlo. El típico cosquilleo apareció anunciando lo cerca que estaba de su clímax, Jeonghan debió percibirlo del mismo modo, pues aumentó el ritmo de sus caderas clavándole las uñas contra la piel de sus omóplatos, su pecaminosa boca enrojecida se abrió como una señal para que Joshua escupiera en ella.

Así lo hizo, alzando las caderas para que su hermoso chico encontrara aquel suave punto en su interior con cada vaivén, la sublime sensación de alcanzar el epítome de su placer juntos estallando en gemidos ininteligibles que llenaron la estancia tanto como sus anatomías fueron bañadas con el sudor de ambos y el semen de Jeonghan.

Descansaron lo suficiente en un abrazo cálido que complementaron con besos, saltando bajo las sábanas cuando decidieron que la noche era suya para disfrutar sin preocupación alguna.


Joshua no volvió a casa para dormir junto a su esposa, y muy poco le importaba.


















































◞♡
Les amito.

U N H O L Y || JIHAN.On viuen les histories. Descobreix ara