Capitulo 61: Forgiveness & love.

2K 160 18
                                    

Dos semanas habían pasado desde la última vez que vi a Brooklyn

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dos semanas habían pasado desde la última vez que vi a Brooklyn. Cada vez que la puerta de mi habitación del hospital se abría, esperaba contra toda esperanza que fuera ella. Y cada vez terminada decepcionado. Todo el mundo estaba pisando con cuidado mi alrededor, no sacándola a relucir, tratando de distraerme hablándome de cualquier otra cosa, como si yo fuera una cosita frágil.

La verdad era que apenas necesitaba distracción. Estaba dormido la mayor parte del tiempo, si no era por las pastillas, era por aburrimiento puro. El único resultado positivo de esas dos semanas fue que mis heridas se cicatrizaron y podía usar el baño por mí mismo de nuevo, ponerme de pie y hacer las cosas normales-de-un-adulto. Se me permitió dar unos pequeños paseos arriba y abajo del pasillo justo fuera de mi habitación, que no sólo fue deprimente sino que también fue agotador como el infierno en un primer momento. Había perdido peso y músculo a un ritmo alarmante a pesar de que comía casi con normalidad. Mamá me traía ropa cómoda todos los días después del trabajo así que ya no tenía que llevar esa ridícula bata de hospital. Rosé venía todas las tardes después de la escuela, a veces con Minho a su lado. Hacían los deberes mientras yo miraba la televisión o simplemente charlábamos. Namjoon y Sam venían por las mañanas, Sam se veía tan embarazada que pensé que iba a dar a luz en medio de mi habitación. El bebé no debía nacer hasta agosto, sin embargo.

Por mucho que trataron de animarme y hacer mis días más entretenidos, pero me encontré a mí mismo queriendo morderlles o estando de malhumorado y resentido hasta que rodaban sus ojos y se alejaban. Entonces me disculpaba y me ellos me daban esa mirada lastimosa que le das a la gente cuando sabes por qué están molestos y no quieres mencionarlo frente a ellos en caso de que estallen en lágrimas. No es que yo fuera a hacer eso.

Esa fue la razón por la que estuve tan sorprendido cuando me desperté en medio de la noche de un sábado para encontrarme con una chica inclinada sobre el borde de mi cama en una posición incómoda, profundamente dormida. Había oído ruidos de respiración, así que me había despertado, con cuidado de no abrir los ojos por si era esa enfermera del turno de noche que me ponía ojos coquetos y acariciaba mis brazos y abdomen cuando yo estaba bastante seguro de que no era necesario. Después de un tiempo, la respiración no se había desvanecido, pero tampoco había sentido toques inapropiados. Abrí un ojo con cautela. La habitación estaba bañada por luz de la luna y la puerta estaba cerrada. Una cabeza castaña estaba apoyada con los brazos cruzados al lado de mi cadera, de espaldas a mí.

Me froté los ojos con los dedos, y luego me pellizqué el brazo para asegurarme de que no estaba soñando o alucinando. Alargué con cuidado un brazo y sacudí el hombro de Brooklyn ligeramente. Debía de estar incómoda sentada así. Ella apenas se movió, así que la llamé por su nombre en voz baja.

—Brooklyn.

Finalmente, levantó la cabeza para mirar en mi dirección. Me di cuenta de que se sonrojó cuando me vio mirándola. Incluso cuando la habitación estaba tan tenue, pude ver que sus mejillas estaban rojas. La somnolencia pareció dejarla en un apuro mientras se ponía en posición vertical, alisando el cabello que caía de alguna trenza complicada en su espalda. Parecía de color plateado por la pálida luz que venía de la ventana.

BRONX -JKWhere stories live. Discover now