Cap. 8 UN GESTO DE AMOR

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Cuando se hizo la tarde, todas las jóvenes fueron a almorzar al gran comedor, incluyendo Clara. Una vez allí, todas las chicas se sentaron en la misma mesa, ahora todas trataban a Clara como a una más del grupo.
Ella se sentía reconfortada, no podía recordar cuando fue la última vez que compartió una comida con muchas personas, todas alegres, riendo y bromeando.

Y desde la distancia, en otra mesa, se encontraba Lion, quien mientras comía no desviaba la vista de Clara. Incluso notó cuando ella se puso de pie para irse, como caminaba con incomodidad.
En el distrito existía un área dónde dormían todas las jóvenes, y fueron ellas quienes invitaron a Clara a qué durmiera allí a partir de ahora.
Estando en el sitio, Clara pudo ver que era un gran salón, lleno de camas, cada chica tenía sus cosas, incluso había osos de peluche y pósters de hombres súper guapos pegados en la pared.
Clara vió que entre todas habían decorado el lugar, volviéndolo todo un hogar acogedor de chicas.
Ellas le enseñaron a Clara su cama, también le dieron unas mantas y savanas. Mientras todas las jóvenes se dirigieron a las duchas, Clara quedó sola en el dormitorio. Estaba ordenando unas cosas en uno de los armarios cuando alguien la tomó de la mano, al voltear vió a Lion, quien la llevó unos pasos hasta una silla cercana. Y entonces dijo.

—Siéntate.

—¿Porqué? ¿Para qué? —preguntó ella.

—No hagas preguntas, solo hazlo.

Luego que Clara tomara asiento, Lion apoyó una rodilla en el suelo y quedó agachado frente a ella. Entonces Clara notó que él traía una caja consigo, al abrirla sacó un par de zapatos. Lion tomó los pies de Clara y le quitó el calzado que llevaba, luego con delicadeza le colocó los nuevos zapatos, los cuales le quedaron a la perfección.
Ella estaba sorprendida y emocionada por el gesto. Su corazón latía con fuerza, pero su cuerpo quedó petrificado, no podía moverse por los nervios, solo lo observaba a él con unos ojos llenos de sorpresa.

—Un calzado cómodo también es esencial para sobrevivir aquí. —dijo él mientras ataba las agujetas—. Nunca se sabe cuándo tendrás que correr por tu vida.

—Entiendo... Muchas gracias.

—¿Ahora dormirás aquí? —preguntó Lion poniéndose de pie.

—Ah... Sí. Las chicas fueron muy amables, no querían que me quedara sola en el otro lugar.

—Que lástima —susurró él.

—¿Cómo dices?

—No, nada... Será mejor que me valla antes que todas vuelvan.

—Sí, está bien. Creo que yo, ya me iré a dormir.

—Okey, sí, hazlo, yo haré lo mismo. —contestó Lion perdiéndose en los ojos de Clara.

Lion acercó su mano hacia el rostro de Clara y deslizó sus dedos entre los mechones cortos del cabello de ella. Luego sin más solo retrocedió unos pasos y caminó a la salida.
Clara quedó sentada en el borde de la cama, recopilando todo lo sucedido.
No podía creer lo que estaba pasando, su corazón latía por Lion, pero su mente la juzgaba. Sentía una guerra interna, pero de algo estaba segura, cada segundo que pasaba, se enamoraba más y más de Lion. Pero dudaba de que fuera algo bueno.

Cuando las chicas comenzaron a llegar, la vieron pálida y quieta en su cama, le preguntaron que le sucedía pero ella solo contestó que estaba cansada. Así que simplemente se fue a dormir.
Estando las luces apagadas y todas dormidas, Clara no lograba conciliar el sueño, sus pensamientos no la dejaban tranquila. Luego de varias horas por fin se quedó dormida.

Siendo de mañana, todas las jóvenes comenzaron a levantarse, y viendo que Clara estaba profundamente dormida, decidieron no despertarla. Así que todas se fueron y la dejaron sola en el dormitorio.
Cuando Lion estaba caminando hacia la entrada del comedor, notó a todas las chicas que entraban primero, y que Clara no venía con ellas. Inmediatamente se escabulló para ir a verla.
Cuando entró al dormitorio y caminó hasta la cama donde ella estaba, la encontró completamente dormida. Él se sentó en el borde de la cama, no pudiendo desviar la mirada del rostro de ella.
Conforme la miraba, su corazón se llenaba de felicidad, una cálida paz lo cubría por completo, como si nada más le faltara. Guió su mano hacia el rostro de Clara y la acarició con delicadeza, sintiendo su rostro tan suave y tibio.

Él tenía su mano sobre la mejilla de Clara, cuando ella se movió un poco y sin despertarse tomó la mano de Lion mientras susurró adormecida.

—No te vallas.

Lion solo podía sentir más atracción hacia ella. Luego escuchó unos ruidos que venían de afuera, así que a pesar de que no quería soltar la mano de Clara tubo que hacerlo, ya que seguro debían tratarse de personas que venían hacia allí. Así que se despidió de su amor, y con sigilo se fue del lugar.

Segundos después entró Viki al dormitorio, quien despertó a Clara y la llevó a desayunar.

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