36 - Sunhye

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—Namjoon, estoy bien, lo juro, no tienes que venir a verme —le repetí por quinta vez en su llamada de treinta minutos diciéndome que podía regresar a trabajar al club cuando quisiera, que no importaba lo que pasara que él siempre iba a estar conmigo a mi lado, que merecía una mejor persona a mi lado.

Muchas cosas que solo me recordaban que seguía enamorada de Jungkook como una estúpida y que solo de pensar en él me hacía recordar los cientos y cientos de mensajes que me había mandado en toda estas dos semanas que había pasado, o en la cantidad de ramos de rosas amarillas (mis favoritas) me había traído, o la cantidad de veces que había venido a mi casa y se había quedado en la puerta tirado esperando a que yo al menos le dirigiera la palabra, le abriera la puerta o cualquier acción de mi parte, no ocurrió ninguna, había ignorado a Jungkook todas las veces, aunque me hiciera sonreír sus estupideces, aunque sintiera un calor acogedor en mi pecho cada vez que oía su voz detrás de la puerta llamándome; lo raro era que lo dejaban subir a mi piso, había dicho su nombre en recepción para que no lo dejaran subir y aún así no tenía idea de como había subido todas las veces. Incluso el montón de cartas cliché, que había escrito a mano el mismo se encontraban apiladas y acomodadas cerca de la mesa que tenía al lado de la televisión, justo al lado del último ramo de rosas que había encontrado ayer frente a la puerta cuando le fui a abrir a Tae, estaban intactas, bonitas.

Taehyung era otro que no paraba de visitarme, se había convertido en un apoyo, y habíamos agarrado mucha confianza el uno con el otro, era un chico muy lindo de corazón, y agradecía todo su cariño hacia mi, dejando su amistad de lado solo por apoyarme. Pero a pesar de que él siguiera ahí, viniendo a mi casa, viendo películas hasta tarde en la noche conmigo, viéndome llorar recordando todo lo sucedido, o cuando leía las cartas de Jungkook; no era capas de mirarlo como sentía que miraba a Jungkook.

A pesar de todo, amaba a Jungkook, estaba enamorada de él, y él me estaba demostrando que también, llamenme tonta o lo que sea, pero todos en la vida nos equivocábamos, y al final todos necesitábamos un perdón, y yo me había dado cuenta de que necesitaba a Jungkook más de lo que pensaba, me había dado cuenta de lo enamorada que estaba de él, no era nada físico, ni nada que pudiera producirme su cara bonita, era algo más sentimental, mas profundo, algo que habíamos creado tan profundamente que no era capas de desaparecer ni podría hacerlo desaparecer alguna persona. Incluso si nos alejábamos, ese sentimiento seguiría existiendo, me seguiría acordando de él, seguiría teniéndolo presente.

Colgué la llamada de Namjoon después de que le dijera que estaban llamándome a la puerta, y que ya tendría compañía para que no se preocupara más, y me dispuse a abrir la misma. No me sorprendió ver a Tae con su sonrisa cuadrada tan preciosa como él en la cara que me hizo sonreír.

—Buenas noche, Sunhye ¿Cómo ha estado la chica más preciosa de la fas de la tierra? —negué sonriendo, siempre me preguntaba lo mismo.

—Pues bien, como todos los días —entrecerró sus ojos sospechoso, tal vez buscando alguna prueba para ver su había estado llorando o no, pero no la encontró, porque no había llorado en todo el día.

—Muy bien —entró a mi casa después de yo hacerme a un lado y cerré la puerta.

—Quieres algo de comer antes de poner la película —le dije. Él ya estaba trasteando en la televisión, poniendo Netflix y buscando algo entretenido.

—Cualquier cosa, pero que alimente —me miró de reojo con una sonrisa sugerente.

Yo busqué las palomitas para hacerlas en el microweve con unas coca-cola que tenía en el refrigerador, también preparé unos sándwich de queso y jamón, ya que él quería algo que lo alimentara y cuando tuve todo lista, me acerqué a él con todo en las manos. Taehyung me ayudó poniéndolo todo en mesa que había frente al sofá.

Cockiness › jjk✓Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ