Día lluvioso.

972 124 8
                                    

La fiesta termino, por lo tanto podían descansar.

Había sido el hermoso día, el mejor día.

Al día siguiente, cierto gatito perezoso no se quería levantar, estaba muy cansado por la fiesta de ayer, pues había bailado, tomado, hasta se metió al mar a jugar.

Pero cierto pesecito lo obligaba a levantarse.

- Mi amor, ya está el desayuno! - llamó, se había levantado temprano para hacerle el desayuno a su gatito.

- Cinco minutos más... - pidió, esa noche no había dormido nada nadita.

Su amado río, mientras se acercaba pasando su mano por sus piernas, su cadera, su cintura, su pecho, hasta llegar su carita para acariciarla.

- Te duele algo? Te sientes mal? - preguntó, dejando confundido al otro.

- No... Por qué dices? - respondió una voz adormecida y perezosa, mientras se voltaba a ver a su pareja.

- Usualmente te levantas más temprano que yo, gato perezoso. - respondió divertido, mientras le daba un besito en la mejilla.

- Pez idiota. - refunfuño con malhumor, dejandole en claro que no estaba para sus chistes.

- Gato malo. - dijo burlandose de su gatito, mientras se ponía encima de él, dejando a su gatito perezoso abajo. - Tal vez una sesión de besos te haga poner de buen humor~ -

Dicho eso empezó a darle besitos en su carita bajando; En su frente, en sus mejillas, en su mentón.

Luego siguió por su cuello, por su clavícula, por sus hombros, por sus brazos y manos.

El de tez oscura se reía por los besitos, le daban cosquillas poniéndolo de buen humor.

El de tez clara siguió por su pecho, pancita, cintura, vientre y cadera.

Después siguió por sus muslos; que no pudo evitar morder, para luego bajar hasta sus rodillas, gemelos y pies.

La sesión de besos había funcionado a la perfección. Neteyan ya estaba de buen humor, con su sonrisa que enamora a cualquiera.

- Bien, doctor Ao'nung, tu medicina funcionó a la perfección. - recitó con diversión, mientras enlazaba sus manos sobre el cuello de su amor.

- Verdad, paciente Teyam? Ahora me debe pagar. - se formó una sonrisa en la cara del Metkayina, haciendo reír a su pareja. - Son 100 besos! -

- Ew, muy caro! Pero si son para usted, estoy deacuerdo. - Neteyam comenzó a darle los 100 dichosos besos que le había pedido su doctor.

Al cabo de unos minutos, ya había terminado de 'pagarle' a su doctor de confianza, llendo a desayunar.

Su pesecito había preparado pescado ahumado, un platillo que amaba su gatito.

- Uhm.. Si tú comes de esto, sería canibalismo? - preguntó burlándose del pesecito, quien estaba comiendo.

- Deja de burlarte o te comeré a tí. - sonrió el Metkayina, haciendo que el menor se sonrojara y comiera en silencio.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Unión. Where stories live. Discover now