Me embaracé por accidente de una mujer omega [ONC 2023]

♚ 1. Moneda

Cuando murió mi madre pensé que sería mi época más baja y que nada me traería de vuelta al abismo de esa manera de nuevo; me equivoqué.

Todo esto que cargo hoy, siento que me superará un día, pero encontré una salida.

Jamás fui la Alfa perfecta. Bueno, tal vez por fuera sí, aunque en cuanto cualquier otra persona (omegas, betas e incluso otros alfas) me trataba un segundo, podía darse cuenta de que todo era una fachada.

Y vaya fachada. La estatura y complexión voluminosa heredada de mi padre y el rostro rudo de mi madre, ambos alfas dominantes. Estás características me ayudaban a conseguir oportunidades académicas y laborales. La cuestión era que con un poco de trato podía dejar en evidencia mi verdadera naturaleza.

Soy una simple alfa recesiva.

De mis padres también obtuve un nombre femenino, porque deseaban concebir a una omega. Noelia. Un apellido fuerte, proveniente de Alemania, según tengo entendido. Sanz.

Esperaba que mi vida fuera en ascenso cuando me graduara de la Universidad, por un tiempo fue así, hasta que varias cuestiones se mezclaron y terminé chocando con la misma pared de siempre: la realidad.

En mi trabajo como maestra de baile en la prestigiosa academia de Bellas Artes, graduada de la misma institución y con experiencia previa, fui despedida por ausencia de carácter. Los alumnos tenían el dominio total de mis lecciones, con faltas de respeto a otros estudiantes de grados menores, y cuando la institución tuvo que señalar un culpable ante las quejas de alumnos y padres. Decidieron sacrificar mi robusto cuello.

La relación con mi pareja se rompió por el mismo motivo.

Tenía bajo mi protección a un chico beta de quién estaba extremadamente enamorada. Pero según sus palabras: "tu personalidad no termina de encajar con tu cara". Que alguien a quien adoras te diga aquello, puede llegar a destrozarte. "Estás casada con tu sueño de bailar, más adelante no me prestarás atención", entre otras palabras que de recordarlas me hacen sentir miserable.

Rara vez me pongo triste, no entiendo muy bien el romance, comprender los sentimientos de los que me rodean me quema la cabeza. Quizá, soy un poco tonta. Simplemente es una ausencia que duele, que comienzas a sentir solo cuando ves aquella foto con sus ojos risueños o recuerdas un momento feliz y las lágrimas se derraman por tus mejillas.

Entonces es cuando tu pecho comienza a sentir la opresión, y por fin, entiendes que no lo has superado. Apenas lo estás registrando en tu sistema. Ves a esa persona en la calle, entre la gente, intentando reconocerlo.

Con todas aquellas desgracias tocando mi puerta, recién despedida y soltera a inicio del año del conejo (que promete abundancia y fertilidad), decidí montar mi propia academia de baile. No tenía planeado que fuera exactamente la competencia a Bellas Artes, pero necesitaba un préstamo para comenzar bien. Aunque, como siempre, en la primera etapa revisando mi historial crediticio, todo parecía que se resolvería, luego de que comenzara la entrevista pude ver como la palabra ALFA perdía fuerza entre mis papeles. Y fui rechazada.

Tenía que hacer cualquier cosa por conseguir dinero, todavía había una persona que dependía de mi fortaleza, aunque esto no fuera más que una finta. Mi abuela, quien me cuidaba luego de que mi madre falleciera y mi padre hiciera su mejor acto de desaparecer. Ella no podía mantener su propia casa, no estaba en la edad para conseguirlo sola.

Y aunque nunca formó parte de mis opciones, con solo navegar un poco por mi cuenta de Facebook, mientras pensaba en mis problemas. Apareció un anuncio que justo se relacionaba con ganar dinero: ¡Dona vida!

"Siempre nos vigilan por redes sociales", recordé mientras me deslizaba por el anuncio.

Donación de óvulos. Una operación sencilla por la que podían extraer células maduras que ayudarían a otras personas a conseguir un hijo. Comencé a investigar de inmediato, para saber si era ético, legal o si existía una estafa escondida.