Capítulo 2

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Lucerys temió por su vida desde el primer momento que volvió a Red Keep, su madre siempre había hablado mal de todos los que residían en el lugar, era un nido de serpientes había dicho Rhaenyra. Pero en cambio, dos nodrizas fueron encargados para él, un guardia que siempre lo acompañaba a todos los lados, además de que Alicent no había sido la perra Hightower que Rhaenyra siempre decía, incluso Otto Hightower se había mantenido lejos.


Alicent había sido amable, muchas veces tomaban meriendas juntos y charlaban tranquilamente mientras bebían el té, incluso había accedido a que Ser Criston lo entrenara junto a Aemond.


No pasó mucho desde su cuando se anunció que su padre Leanor Velaryon había muerto convirtiéndose en Lucerys en heredero de Driftmark, un peso fuerte para un niño de apenas siete años pero era el deseo de La serpiente Marina, que su nieto Lucerys sucediera a Leanor.


Para mala suerte de Lucerys, el Rey había decaído en su enfermedad y no podía viajar hasta Driftmark, envío una carta con sus disculpas a Lord Corlys, quien comprendió de inmediato.


Lucerys estaba desesperado por poder ir al funeral de su padre y se animó a tomar a Cannibal para confirmar sus sospechas, así que una mañana cuando todos aún dormían se escabuyó fuera de Red Keep y buscó al dragón en una pequeña montaña, por supuesto que allí estaba y en cuanto Lucerys estuvo cerca, Cannibal se despertó. El dragón era gigantesco, con escamas negras como la noche y sus grandes ojos verdes lo miraron atento a sus movimientos.


Lucerys extendió su mano y Cannibal se acercó, su fuertes pisadas resonaron por las piedras, cuando el dragón estuvo sobre la palma de su mano, temerosamente dijo. - Sirveme.


Cannibal extendió su ala, una clara invitación a ser montado y Lucerys no perdió tiempo y subió por las escamas de Cannibal, se sostuvo de los picos puntiagudos pues no había una silla y posiblemente nunca la abría, sería incómodo para su dragón, a menos que la aceptara y la perfeccionara para que fuese lo suficientemente cómodo, luego vería eso.


El dragón emprendió su vuelo sin necesidad de que Lucerys hablara y pudo sentir luego de muchos meses como el aire golpeaba su rostro, sonrió en grande y voló por un rato, Cannibal parecía bastante cómodo con su presencia y primera montura.


Volaron por un par de horas hasta que el sol comenzó a salir e iluminar todo King's Landing. - Gracias, Cannibal - dijo Lucerys cuando finalmente desendieron fuera de Reed Keep dónde estaba Vhagar.


La dragona bufó y se acomodó de nuevo para dormir, Cannibal extendió sus alas y se fue a su nuevo nido.


- ¡Reclamaste a un dragón salvaje! - dijo Aemond cuando finalmente entró a Red Keep.


Lucerys asintió con orgullo, Cannibal era diferente a Arrax pero no lo hacía menos increíble, amaba de nuevo la conexión con su dragón.


- Deseo ir al funeral de mi padre ¿Me acompañas? - preguntó a Aemond.


Aemond asintió.


Esa misma noche partieron hacia Driftmark sin avisar a nadie, Alicent se podría un poco loca cuando se enterara pero nada que unos abrazos no puedan resolver.


El viaje fue largo pero sus dragones parecían flotar con elegancia, se sentían poderosos, los dos dragones más grandes y poderosos eran suyos.


Cuando llegaron a Driftmark aterrizaron en la playa y todos jadearon horrorizados al ver a Cannibal y Vhagar juntos.


Lucerys se deslizó por las escamas negras y calló en la arena riéndose, aún no se acostumbraba a no tener una silla. - Espérame aquí, amigo.


I Don't Need Nobody (Lucemond)Where stories live. Discover now