Parte única.

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Advertencia: contenido sexual explícito 🔞.










  — No, no, no. ¡Eso no debe ir ahí! Quítalo. — chilló el rubio mientras obligaba a los hombres a mover el enorme cuadro.

— Pero el señor Jeon dijo que...

— ¿Señor Jeon? ¡Yo soy el señor Jeon! Muévelo si no quieras que te despida. — Jimin no permitió que el hombre proteste.

— C-claro.

Inmediatamente volvieron a tomar el cuadro que con tanto trabajo habían logrado colgar en la pared. Entre tropezones se dirigieron a la salida, cada uno temiendo perder sus trabajos... o sus vidas.

— Dios, ya nadie trabaja bien si no se les dice cómo hacer las cosas. — suspiró dramáticamente.

Con pasos firmes y sensuales se dirigió a la gran sala de su nuevo hogar, los trabajadores iban y venían, asegurándose de que cada detalle quede como el esposo de su jefe les había ordenado.

El rubio comenzó a escanear con la mirada, buscando algún error para poder quejarse y hacerlos repetir el trabajo, pero no estaba encontrando ninguno.

Justo en ese momento vio a cuatro hombres entrar cargando un gran escritorio caoba, vio que estos pretendían dirigirse a la oficina de su esposo, por lo que rápidamente caminó para detenerlos.

— ¿Qué es esto? — gruñó.

— E-el nuevo escritorio del señor Jeon. — respondió un hombre a duras penas.

— ¿Quién lo aprobó? ¡Es horrible! — mintió, el escritorio era precioso. — Quiero que lo saquen de mi vista y traigan uno decente. — los cuatro hombres se congelaron en su lugar. — ¡Ahora!

Inmediatamente cumplieron con lo pedido, llevando el reluciente y nuevo mueble hasta el camión de mudanzas, en donde se pusieron a buscar otros muebles en internet.

En ese momento el teléfono de Jimin sonó, frunció el ceño al ver percatarse de que era una llamada entrante de un número desconocido, con confusión atendió la llamada, se suponía que nadie más que familia y amigos podían llamarlo a su número personal.

— Habla Jeon Jimin, ¿quién es? — gruñó.

Sus pasos reiniciaron, comenzando a dirigirse a la oficina de su esposo, donde se encerró para poder continuar la llamada. Fue una muchacha la que respondió.

— Señor Jimin, le llamo desde Jeon Enterprises para informarle que su esposo solicita su presencia en la empresa.

— ¿Y quién eres tú? — preguntó ignorando completamente lo dicho por la mujer.

— S-soy la nueva asistente de Jung-jungkook. — respondió nerviosa.

Jimin se heló completamente al oír como llamaba a su esposo por su nombre de pila, el enojo apareciendo en él y recorriendo todo su cuerpo a través de un escalofrío.

— ¿Jungkook? — su voz salió grave y fría.

— El se-señor Jeon, perdón. — ni siquiera hacía falta que vea a la mujer para saber que ésta estaba temblando.

— Informa al señor Jeon que no iré. — gruñó.

— Pe-pero el señor Jeon dijo que era importante, no puede-

No le dejó terminar su oración, con enojo cortó la llamada y tiró su celular en el sofá que tenía la nueva oficina. La amargura y los celos recorrieron su ser, sin pensarlo se acercó hasta la silla y se tiró en ella.

 Submissive • kookmin osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora