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Meses habían pasado desde la perdida de Farya la cual había utilizado todo ese tiempo para acercarse al sultán dándole indicios de quién pudo ser la culpable, esa misma tarde una nerviosa Ayse iba de un lado al otro, Farya le había confesado su destino, en su cabeza tenía un plan que involucraba a sus hijos.

—Sultana, la haseki del sultán desea verla.—Una criada entro a los aposentos de Semsperi.

—Adelante.—Asintió pasándole su bebé a una de sus sirvientas

La mujer principal ingresó sorprendiendo a la menor pues nunca se frecuentaban y su relación no era la mejor desde la amenaza de Ayse en contra de su hijo.

—¿Qué te trae por aquí? Ayse.

—Por Allah Semsperi, necesito que me ayudes.—Su voz se había roto.—Te lo suplico, eras a la única que Murad escuchará.

Luego del aborto de Farya, Semsperi se había mantenido alejada de cualquier estrés pues en ese momento debía cuidarse más que nunca además de estar cerca de Hasan quien días atrás había cumplido su primer año.

—Mantén la calma, necesito que respires y me digas que puedo hacer por ti.—Se acercó sujetándola de los brazos para apaciguar su angustia.

—Me van a ejecutar, Farya me ha calumniado... Hizo creer al sultán que yo había provocado su aborto.—Sollozó.—Mi hijo... No puede quedar en manos de esa prostituta.

Ayse se colocó de rodillas, no tenía otra alternativa más que acudir a la última persona con influencia de quien alguna vez amó.

—Por favor Semsperi, haz entrar en razón a su majestad...

Una madre haría lo que sea por sus hijos, la sultana lo demostró al inclinarse frente a su rival pidiendo misericordia.
Semsperi fue una mujer piadosa y sentimental quien haría lo que sea por un alma inocente, pero eso a veces le ocasionó problemas.

—Vete Semsperi, no estoy de humor para verte.

Ella ignorando las palabras del sultán de acercó, una mano sujetó la del hombre quien tenía una mirada oscura.

—Mi sultán, por favor escúcheme... La sultana Ayse-

—No te he pedido consejo.

—Alteza, ella también es su consorte... Madre de su primogénito.

—¿Acaso tú también estuviste involucrada en este sucio juego?

—Majestad-

Murad se apartó de ella, la ira había dominado su juicio.

—¿Como pudiste atentar en contra de un inocente?—Hablo molesto.—Eras mi esposa, confié en ti más que en nadie...

—Le juro que no tuve nada que ver.

—Eres igual a ella.

—Nunca dañaría a un niño, ¿Como puede decirme eso?—Ofendida intento acercarse pero este continuo alejándose.—¡Murad escúchame por favor!

El sultán se detuvo no pudo escuchar una palabra más,con fuerza la sujeto del cuello apretándola sin medir el dolor que pudiera sentir.

—Vete de aquí.

—Ma... Majestad.—Intentó liberarse de su agarre pues el aire empezaba a faltarle.

—¡Vete, no quiero verte!—La zarandeo antes de soltarla provocando que esta retrocediera en busca de aire.

Sin mirar atrás tocó la puerta para que los guardias abrieran dejándola salir finalmente, entre los pasillos finalmente dejó su cuerpo caer al suelo calmando su dolor.

—¿Semsperi?—La voz del hermano más joven del sultán resonó.

—Príncipe.—Limpió sus lágrimas para levantarse con su ayuda.—Discúlpeme majestad.

—Tranquila, ¿Que ha sucedido?—El colocó su mano en la mejilla de la joven para secar sus mejillas.

Semsperi alejó su rostro, aquel tacto estaba prohibido y ella lo sabía, a pesar de lo que había sucedido seguiría respetando a su sultán.

En el harem corrió el rumor de un posible romance entre una de las esposas del sultán con uno de sus hermanos, incluso llegaron a hablar de la ilegitimidad de los hijos que le siguieron a Hasan, pero Kosem se aseguró de callar a quienes siquiera dudaron de ello.

La favorita del Sultán | Murad IV.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang