Beel, me haces propuestas muy extrañas. Desde que volví a casa me has estado insistiendo mucho en ir a el templo improvisado de tu secta.
- No, non, nein - repito por milésima vez en el día - La religión de cualquier tipo no es algo en lo que este realmente interesado - por mi mente pasaron esos momentos en los que mi padre me ponía a leer extensos libros de teología de todo tipo. Si, me gusta leer, disfruto muchísimo de leer. Pero me gusta hacerlo por mi voluntad -
- ¿No te gustaría hacerlo por el bien de la ciencia? - ronroneaste abrazándome con maña -
Y ahí me tienes. En un edificio oscuro con olor a quemado. Me explicaste como funcionaba. Hades era el líder y tu junto con tus amigos y novia en la jerarquía estaban por debajo de el.
A mitad del recorrido me vendaste los ojos y me tapaste los oídos. No quise preguntar porque sabía que no me dirías. Me recorrió un escalofrío pero supuse que era porque mi cuerpo aún estaba débil desde ese casi infarto.
- ¿Qué te parece? - interrogaste al final de nuestra travesía. Lo único agradable era el jardín era tan brillante -
- Me mentiste - reproche porque no me llevaste a investigar realmente -
- Niko - Oh, mi punto débil - Hoy vamos a tener un baile -
- Eso esta bien - no quería aceptar tu invitación por el simple hecho de que no se bailar -
Me convenciste al agarrar mi mano con firmeza y hacer una suplica de adolescente.
- ¿Bailarias conmigo? -
Me sugeriste usar máscara y túnica como el resto de presentes. Primero baile con algunos desconocidos hasta que llegue a ti.
- Tienes las manos frías - comente mientras danzabamos a la par de la música. Soy torpe para bailar, añadiendo que me pones nervioso. Lo siento, pero te pise más de dos veces y casi me caigo otras dos a razón de eso tomaste mi cintura y me pegaste lo más que pudiste a tu cuerpo -
Pecas de muchas cosas, pero esa noche pecaste de imprudente. Tu novia, Lilith estaba rondando por ahí. Beel, no soy tonto. Incluso sin ver su rostro o su cuerpo la identifique de inmediato. Note como puso la mano en su pecho cuando nos vio juntos.
¿Por qué Beel? ¿Por qué pasó eso? Yo se que tu sabes la razón, Beel.
Ah, mi señor de las moscas. En tu necedad te opones a dejar a esa muchacha.
- Nikola - llamaste mi atención al pronunciar mi nombre - Incluso con la mascara y la oscuridad puedo ver ese par de estrellas. Amo tus ojos llenos de vida y fulgor. Tienes tantas historias por contar, eres una luz en esta oscuridad... - hiciste una pausa -¿Puedes oírme decir tu nombre para siempre? ¿Puedes verme anhelándote para siempre? ¿Me dejarías tocar tu alma para siempre? ¿Puedes sentir que te anhelo por siempre y para siempre? - te quitaste la mascara para luego quitarme la mía - Si tuvieras una vida eterna... Te amaría por siempre - juntamos nuestros labios en un apasionado beso -
Beel, me hace daño amarte. Jamás se paso por la cabeza que yo sería "el cuerno".
- Niko, ¿Te gustaría tener una vida eterna? -
- Beel, la inmortalidad no existe - mi lado científico iba a argumentar pero me vi interrumpido por otro beso tuyo -
- Por salvar una luz como tu... -
La música se detuvo y Hades se posiciono en el centro de todo para dar un anuncio sobre lo que vendría a continuación.
- Los que no estén interesados en ver el ritual pueden retirarse - pronunció con su grave voz -
Me tomaste del brazo; dolía un poco tu agarre. Quizás el brillo de mis ojos que tanto te gusta se desvaneció cuando trataste de obligarme a quedarme. Me dejaste ir de igual forma.
¿Qué quieres en realidad?
- Nikola Tesla
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