difuso

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Algunas cosas eran inevitables. La caída de la gravedad. La caída del atardecer. La humedad del mar. El rebote de un resorte. Todo tenía su inicio y fin. Tercera Ley de Newton. Acción y reacción. Siempre creyó que los viernes eran geniales, no hasta que tuvo que aceptar la salida del actor esa misma noche que era viernes. Estaba incomodo, eso ni era cuestionable, sus pies moviéndose intranquilos, sus manos sudorosas y su mirada desatenta. Tan sólo esperaba que al lugar donde cenarían fuera económico porque - realmente- no quería sentirse mal al ser invitado.

— Taeyong. — Llamó el actor mientras entraba al auto. — ¿Conoces "Pollitos Brothers"? —

Deteniendo sus pensamientos por la ansiedad solo pudo sentir indignación. ¿Por qué es que nadie conocía "Tu pollito picante"? Él recordaba como se esforzó por largas jornadas calurosas para bailar y repartir volantes. Se sentía despreciado. Realmente debería empezar a estudiar marketing para comprender cómo es que todos parecían recomendar la competencia. ¿Sería que el cartel no estaba tan moderno? ¿Debería realizar tiktoks con algún sonido viral? Probablemente, Lee Chan estaría dispuesto a generar un baile pegajoso, mientras que Jaerin escogería el sonido y Vernon... él los seguiría y lo pondrían como click bait por su rostro. Con la sola idea creyó que esos tres sacarían del "flop" al restaurante...

— Oh, si no te gusta el pollo frito podemos ir a otro lugar. —  Volvió a hablar Jeonghan.

Okay. Le estaba dando muchas vueltas a un asunto tan tonto que olvidó responder.

Quería aceptar. Decir que fueran a otro sitio, pero considerando que él no quería que el rubio pagase por su comida, prefirió tomar delantera.

— Conozco un lugar... — O era un buen ex-empleado o era muy idiota. No había punto medio. — Se llama "Tu pollito picante", ¿gustarías ir? Y no te preocupes por si te reconocen, tienen mesas con cortinas, así que, puedes sentirte tranquilo. —

Ninguno debía ser reconocido mas bien, después de todo, trabajó allí. Pero en primeras, no creía que el jefe que estaba en sus ochentas, lo recordara. ¿El resto de empleados? Bueno, mas que el dueño del lugar, sus compañeros solo lo vieron con el disfraz de pollo. Así que, no era tan idiota como parecía.

Pero había un silencio que no empezó por su parte. ¿La cagó?

Tanto él como el rubio estaban sorprendidos. Seungcheol -obviamente- quería recortarse la lengua por hablar de más y Jeonghan se le formaba una pequeña sonrisa. Ambas emociones muy contradictorias.

— Sería un placer. —El pelinegro encendió el motor, aliviado. — Yo invito, no te olvides. — 

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Con lo poco y nada que conocía de su guardaespaldas, podía deducir que este no aceptaría que le pagara la comida, pero quería remarcarlo. Puede que Taeyong era muy tímido para aceptar una comida o también existía la opción de que considerara la salida como un horario más de trabajo. Suspiró. 

Jeonghan no sabía qué hacer para acercársele, sin tener alguna gota de alcohol en su cuerpo. Por el momento buscó una canción que ambos pudiesen disfrutar. ¿Cómo comprobaría eso? Pues, aunque no fuera bueno socializando, él era un actor. Podía descubrir por simples gestos como es que Taeyong le gustaría una canción. Comenzó reproduciendo por una canción pop popular, no es como si el mayor tuviese cara de oír ese tipo de canciones -pero- prefería no juzgar por apariencias. Sin embargo, no hubo reacción. Después optó por una balada. Quizá fuera un poco romántico...y no, no era así. Siguió con jazz, continuó un poco de rap, intentó con rock... nada. Vaya. Eso se podría considerar una especie de derrota. O eso sería si no tuviera una última opción y de las más clichés, con un poco de duda, presionó su anular sobre la canción de instrumental. Esperó, uno, dos y con tres segundos pudo ver tras el retrovisor una pequeña pizca de algo - esperaba que no fuera disgusto- junto con un dedo anular marcando ritmo en el timón.

Foto con flash (Jihan/Jeongcheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora