3. Saber Perder

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Alexandra fue llevada a brazos del sultán, eso por alguna razón le causaba una sensación desagradable a Ibrahim. Rodaba los ojos y suspiraba mirando por el balcón el paisaje. La noche era fresca, pero no tenía frío, el viento acariciaba su rostro con suavidad mientras miraba las estrellas.

Pensaba en Alexandra de nuevo, en sus miradas coquetas en donde detrás de ellas se mostraba su verdadera inocencia, en su cabello rojizo, era la primera vez que veía a una chica con ese color de cabello, en su linda torpeza, en sus ojos.

Podría contemplar el cielo por horas, observando las estrellas detenidamente pero igual llegaría a la conclusión de que ninguna podría brillar tanto como los ojos de tal chica.

De repente sintió una mirada a su lado, mejor dicho, más bajó de él. Ahí pudo ver a Hatice, la hermana del sultán.

Debía ser muy estúpido para no darse cuenta como lo miraba, se le iluminaba el rostro. Ibrahim no era alguien egocéntrico pero vamos, la sultana Hatice no disimulaba ni un poco, suspiraba hasta por los poros por él.

Lo dedujo hace mucho tiempo, incluso antes de que falleciera su esposo y quedara viuda, Hatice nunca dejó de ser una niña, era dulce, inocente, pura, tierna, pero la verdad es que en el fondo a Ibrahim nunca le atrajo, no era la compañera de vida a quien tenía en mente.

Bueno, no tenía a nadie más en mente, pero más adelante podría tener a alguien y ahí si se convertiría en mejor opción que Hatice. Esto no radicaba de nada con que fuera la hermana de su mejor amigo, solo que, bruh.

No quería quedarse ahí y hacer del momento algo más incómodo, así que solo le dedicó una amable sonrisa, hizo una pequeña reverencia y se marchó de ahí.

Supongamos que a veces en la vida, hay que saber perder, como Hatice con él y él con tal pelirroja en quien ni debería haber pensado para suponer esto.

Los Dilemas Del Amor [Hurrem x Ibrahim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora