𝗘𝗹 𝗶𝗺𝗯𝗲́𝗰𝗶𝗹 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗲𝘅 [Ace x Lectora]

1. Villa Foosha

Villa Foosha

Lo que más sorprendió a ____ de su llegada a Villa Foosha, no fue el gran parecido del pequeño pueblo montañés con la encantadora imagen de los anuncios en Internet que vendían unas Navidades inolvidables en el Pirineo Aragonés; ni tampoco la bienvenida con la que el gélido aire de septiembre la recibió al bajar del autobús, besándole las mejillas para teñírselas de rosa; ni las risueñas sonrisas con las que la saludaron las personas que, con mucho gusto, le indicaron el camino a la casa donde residiría durante el próximo año escolar.

Tampoco fueron los olores silvestres que la acompañaron a lo largo de su camino a través del valle, dejando el pequeño pueblo atrás; ni el paisaje boscoso que dibujaban los abetos que se alzaban en las colinas cubiertas con la primera capa de nieve de la temporada; ni la melodía que cantaba el viento al zigzaguear entre las ramas.

Tampoco la extrañó encontrar la puerta de la casa abierta, pese a que las instrucciones del casero indicaban que podría acceder a la vivienda con la llave que había bajo una de las macetas que decoraban la escalera del umbral.

La calidez que desprendía el hogar, pese a la rusticidad de la decoración y la vejez que se adivinaba en la piedra de la fachada, la acogió con el mismo cariño con la que, en su tiempo, el antiguo propietario la había edificado como propósito para su retiro. Algunas paredes todavía lucían viejos bodegones que trataban de imitar el estilo de Leonardo da Vinci, pero se apreciaban perfectos espacios en blanco, de los que se podía intuir, habían estado ocultos bajo antiguos retratos familiares.

Ella se limitó a inspirar el aroma a madera y jazmín que la recibió en el salón, donde dejó las maletas y se quitó el abrigo. Sacó el móvil del bolsillo de su sudadera para llamar a su madre y decirle que ya había llegado al que sería su nuevo hogar, pero descubrió— tal y como la había advertido el casero— que no había cobertura. De modo que continuó escuchando la lista de reproducción que la había estado haciendo compañía durante todo el viaje y cuyos temas había seleccionado premeditadamente para la ocasión.

Estaba tan ocupada soñando despierta con la que podía ser su nueva vida, que no había reparado en el fuego que aún oscilaba en la chimenea, ni tampoco en el bol de palomitas que había quedado abandonado en el sofá.

Tarareando, tomó una de las maletas y la arrastró fuera del salón, por el pasillo, hasta el dormitorio que sabía que la esperaba al fondo, su nueva habitación. No obstante, se quedó paralizada cuando al abrir la puerta, se encontró a una pareja desnuda en una posición bastante comprometedora. La mujer exclamó un grito, conmocionada, y se apresuró a cubrirse los pechos con las sábanas. Sin embargo, no fue ella la que captó la atención de ____.

— ¿Ace? — farfulló.

— No jodas...— fue todo lo que alcanzó a decir él, retirándose el pelo de los ojos.

Como decía, lo que más sorprendió a ____ de su llegada a Villa Foosha, no fue el encanto del pequeño pueblo montañés, ni su gente, ni su gélida brisa, ni su espectacular paraje natural, ni la calidez hogareña que desprendía la casa.

Lo que más sorprendió a ____ de su llegada a Villa Foosha, su última apuesta para cambiar de aires y empezar a rehacer su vida, fue encontrar al imbécil de su ex— tumbado en la que era su cama— follándose a una rubia despampanante de tetas operadas. 

Continuará...