4

191 30 9
                                    

— Minji Unnie... me hice famosa, sabes lo que significa. —dijo Hyein, molestando a la mayor.

— Mhm... ya sé Hyein-ah. —Minii bajó su cabeza en derrota.

— Dile hoy Unnie.

— ¡Estás loca!

— Ya tienen más confianza, creo. —dijo rascándose la nuca, Hyein.

Minji suspiró y tomó un sorbo de su café.

— Va a pensar que soy una rarita obsesionada-

— Minji Unnie, —la menor agarró el hombro de Kim, apretándolo— estás obsesionada.

— ¡No lo estoy! Es sólo que me llama mucho la atención. Es muy linda.

— Ya la perdimos. —Hyein azotó su palma en su frente fuertemente.

 —Hyein azotó su palma en su frente fuertemente

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— Hola Haerin-ah. —ambas chicas cruzaron la puerta cansadas después de una gran oleada de clases, pero al llegar, se encontraron con una Haerin platicadora junto con Hanni.

— H-Hanni...

— ¿Pham y Kang? ¿De qué me perdí? —dijo Hyein, tapándose la boca— ¿Me cambiaste, gata?

— Número uno, ella ya estaba aquí. Número dos, no Hyein, no te cambié. Y número tres, ¡deja de llamarme gata!

— Hanni-ssi, sí o no, Haerin parece un gatito. Y más cuando te ve con esos ojitos de gato perdido.

Hanni volteó a ver a Haerin, achinando sus ojos.

— Ya lo veo.

— ¡Ves Haerin Unnie!

— ¿Tú también Hanni? —la vietnamita la miró con ojos reproches, encogiendo sus hombros.

— Bueno ya, traje unos juegos para que no esté tan aburrido este lugar rancio. —dijo Minji, tirando dos juegos de mesa.

— Hey, no ofendas mi escondite así.

— ¿Y si jugamos a la botella?

— ¡Hyein-ah! —dijieron Haerin y Minji al unísono.

— ¿Qué? Nos podemos dar besos en la mejilla. No es para tanto lenchas.

Detrás de la puerta, se escuchaba una voz dulce discutiendo con alguien.

La pelota no va a estar aquí. Este cuarto es muy raro y me da miedo Ni-ki.

— Noona, no es para tanto.

La perilla se giró y se encontraron con las cuatro chicas poniendo la botella en su lugar.

Los dos chicos se miraron sorprendidos y Ni-ki tomó la oportunidad y escapó de ahí.

— ¡Nishimura! —gritó la chica castaña, viéndolo correr por el largo pasillo— Puta madre... ¡Oh! ¡Hola! ¿Eres la loquita del baño verdad?

Hanni se puso toda roja. Las demás notaron eso.

best summer.      [newjeans fic]Where stories live. Discover now