ᴜɴ ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ sᴏʀᴘʀᴇsᴀ

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ᴛᴀʀᴀ |𝟺|

Los días solo empeoraron, no me sentía para nada bien. Trataba de no mostrar mis malestares en ningún momento para no alarmar a Taemin, menos a mi madre, no los quería entrometiendose en mi vida de ninguna manera. Obviamente, no era del todo posible, pues aunque tratara de evitarlos y pasar día tras día en mi habitación, no podía.

Aun tenia nauseas y mareos matutinos, no toleraba el aroma de ciertos alimentos y todo me irritaba, me dolían los pezones y la cabeza me daba vueltas todo el tiempo, además de eso casi siempre no llegaba al baño a tiempo. Sin duda estaba enferma.

Estar encerrada en mi habitación me hacía del todo bien, me estaba volviendo paranoica al pensar en todas las posibles enfermedades que cruzaban por mi cabeza. Necesitaba ver a un doctor lo más pronto posible antes de que la enfermedad se extendiera. Necesitaba encontrar a alguien de confianza que no fuera a perjudicar mi vida de alguna manera. Nadie de la aldea sin duda.

Miré al techo desde mi lugar en la cama, tratando de concentrarme en una pequeña mancha de moho que había, dado que los mareoa habían vuelto por cuarta vez en la mañana, debía enfocarme en algo y así evitar devolver el estómago.

Tocaron a mi puerta con suavidad. Era el típico toqueteo de tres pequeños golpes que siempre hacía Leeseo.

- Adelante. Puedes pasar - dije sin moverme, tratando de no perder la vista de la pequeña mancha.

Leeseo abrió la puerta, la miré y me sonrió con la misma sonrisa falsa de siempre.

- Su madre está aquí - informó.

- Dile que se marche, estoy indispuesta ahora - le dije - De paso también dile que de ser posible no regrese nunca.

- Pero no puedo decirle eso...

La miré con los ojos entrecerrados. Últimamente incluso tenía más sueño, por lo tanto mis ojos siempre estaban cansados y a punto de cerrarse.

- Solo dile que no quiero.

- Ya le he dicho. Dijo que no se marcha hasta verle - respondió ella con timidez - Vendrá a buscarla en unos minutos si no va usted por su cuenta.

Rodé los ojos y me senté en la cama, no tenía otra opción y prefería echarla de mi casa con buenas palabras. No la toleraba, no después de lo que había hecho conmigo.

- Entonces supongo que no tengo otra opción. Justo como siempre...

Con mucha dificultad me puse depie y tuve que esperar unos segundos en el mismo punto puesto que mi mundo dio vueltas cuando enderecé mi cuerpo.

Leseeo salió primero de mi habitación, hice lo mismo y la seguí. Todo el trayecto hasta el salón donde se encontraba mi madre fue una tortura, no podia dar un solo paso sin sentir que mi mundo se hundía, todo giraba, nada parecía tener sentido. Aún así caminé hasta que llegué con mi madre. Leeseo nos dejó a solas, aunque estaba seguro que ella escucharía tras la puerta.

- Hola, madre - hice una pequeña reverencia, fingiendo que aún tenía un poco de respeto por ella - ¿Qué te trae por mí casa?

Ella sonrió, como una psicópata que ignora el hecho de haber arruinado la vida de alguien.

- ¿Así recibes a tu madre? - preguntó ella sin perder la sonrisa - Hace días que no te veo, no vienes a casa y casi nunca quieres recibirme en la tuya.

- No sabía que sentías que decir "hola, madre" era poco para una bienvenida - tomé asiento porque no podía resistir un segundo más de pie - La próxima vez te haré una fiesta y llenaré este salón con flores - dije con sarcasmo, ella lo noto pero decidió ignorarlo - ¿Qué te trae por aquí? - pregunté de nuevo.

ᴡᴀʀᴍ-ʙʟᴏᴏᴅᴇᴅ; ᴇʟ ʀᴇɢʀᴇsᴏWhere stories live. Discover now