Cap 1. El incidente

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Para nadie era un secreto que Inuyasha y Kagome eran una pareja dispareja que funcionaba de maravilla a la hora de matar monstruos pero que eran fatales en su vida personal.

Un día enfrentaron a una tribu algo extraña de luchadores Yokai, decían venir de un lugar muy lejano al norte de allí.

Cómo siempre en vez de razonar y llevar la fiesta en paz, Inuyasha puso a los aldeanos en contra y pronto sólo quedaban tres en pie.

En definitiva la batalla estaba ganada y sólo tenían que dar la estocada final, pero uno de ellos era un Yokai enano y peludo el cual inspiró ternura en Kagome.

Sin temerle fue a abrazarlo en son de paz, la criatura le sonrió y cuando la tuvo en la mira le tiró un dardo que contenía ácido, él esperaba apuntarle al pecho pero cuando Inuyasha la halo el dardo cayó en su cara

El aullido de dolor que Kagome dió se escuchó hasta muy lejos,dando por a que llegarán rápidamente los exterminadores de demonios e incluso el mismísimo Sesshomaru.

- Tonta! Estás loca ?

- Kyaa!!!!

Kagome no estaba para sermones, ella debía recibir atención de inmediato o perdería gran parte de su rostro.

- Inútil debes curarla con tu saliva

- Feh! Ni loco, el ácido es venenoso y hoy es luna nueva si lo hago firmaría mi sentencia de muerte

- Señor Sesshomaru ayude a la Señora Kagome usted!

- Rin...

- No se preocupe por mí, por favor, hágalo!

Sesshomaru toma sutilmente el cuerpo desmayado y seriamente afectado de Kagome y usando su propio veneno neutraliza el efecto del ácido. Luego sutilmente empieza a limpiar la herida, pero Inuyasha celoso no lo deja terminar y queda si cara a medio regenerar.

- Haré el resto (Alza a Kagome)

- Inuyasha (Trata de avisarle que sólo le falta un poco más y quedaría normal)

- Feh (Se suelta del agarre y parte con Kagome)

- Señor Sesshomaru, se encuentra usted bien ?

- Sí Rin, andando.

Días después Kagome despierta en casa de Sango y es cuidada por las gemelas y su hija Moroha.

Al recuperarse logra ver su reflejo en el agua y queda aterrada, definitivamente su rostro había sido arruinado.

- Tonta (Inuyasha la abraza) no importa como te veas, yo siempre te voy a querer.

- Inuyasha (llora en sus brazos)

- Vamos (la alza y la lleva a la cabaña)

Para Inuyasha, Kagome se había vuelto algo como un dolor de cabeza, siempre lloraba y ya no rendía igual en las batallas, además se despertaba en ocasiones a plena madrugada gritando o tenía miedo extremo de ser vista por alguien a quien no la conociera previamente.

Era demasiado para él, pues aunque en un principio si hija y amigos le ayudaban, poco a poco cada cual fue ocupando su tiempo en sus propios quehaceres.

Fue entonces cuando llegó ella, una frágil mujer que le recordaba las buenas épocas con su esposa, tenía incluso aires a ella o quizás eso era lo que quería creer.

Primero empezaron con pequeños roces secretos que ponían la cara de aquella dama de un tono rosa fresa, pero luego, las cosas se salieron de control, subiendo a un tono tan ardiente que se hizo verbo.

- Si el Señor Sesshomaru se entera moriré (llora abrazada al pecho desnudo de Inuyasha)

- Tranquila (besa la frente de Rin) sólo dile que es de él. Finalmente tenemos los mismos genes.

- Pero él y yo

- Él y tu?

- Es que no tenemos relaciones desde cuándo quedé en embarazo de Towa y Setsuna

- Qué!?

- Hay algo mal con ello?

- (Llevando con una de sus manos su capul hacia atrás) Rin estamos en serios problemas (decreta serio)

Justo en ése mismo instante Kagome entraba a su habitación y se encontraba con la amorosa escena.

- Inuyasha!!! (Entre dolida y con ganas de matarlo) Cómo has podido?

Inuyasha y Rin se defendieron con palabras tan cortantes y dolorosas que fue fácil sacar a empellones a Kagome y tirarle la puerta en la cara.

Sentada frente de la puerta de su casa o bueno de la que era su casa se pone a llorar.

Pero a esos dos les esperaba un dulce karma que ni ellos mismos podrían haber imaginado jamás, entrada la noche y sin saber a dónde ir, Kagome se dirige sin rumbo a las afueras de la aldea.

En un principio pensó ir con Sango y Miroku, pero ella desistió en su pensamiento al saber que ellos no se encontraban debido a un trabajo de último momento, se habían llevado a Kirara e incluso las tres primas estaban también.

Sólo quedaba dormir a la intemperie, armada de valor tomó sus cosas que muy amablemente Rin le dejó dulcemente al lado mientras ella lloraba.

- Almenos ella sigue siendo dulce (seca las lágrimas)

Empezaba a caminar por la entrada del bosque cuando vio que Sesshomaru venía junto a los guardias de su palacio. Con los ojos como platos temió lo peor, por los buenos tiempo ella corrió a su máximo alcance para tratar de llegar primero y avisarles.

Más no llegó a tiempo, Sesshomaru mató con sus propias manos a Rin, la asfixió con una de sus garras mientras con la otra le atravesó el abdomen y le extrajo a la criaturita aún no muy bien desarrollada.

- Te atreviste a mucho (se veía el dolor y la ira juntos)

Inuyasha trató de escapar pero los soldados lo atravesaron, uno de sus ojos rodó hasta los pies de Kagome.

- Ahhh (sin querer ella grito de miedo)

- (Deteniendo su transformación) Miko?

- No me hagas daño (levanta ambas manos en son de paz temblorosa)

- Qué demonios te hicieron?

- Esto (señala su cara desfigurada) Está así por mi culpa (triste)

- Lleven los restos de ambos traidores, busquen al doctor real, iré enseguida

Los guardias se marchan y ambos quedan solos.

- Mijo, no es tu culpa y no te dejé en ése estado.

- Disculpa? (No entendía nada)

-Lo que oyes miko, fuí yo el que te rescató hace años.

- Pero Inuyasha ...

- No sé lo que haya pasado, pero no deberías estar en ese estado. Tú....

- Yo...

- Tu eres bonita.

BonitaWhere stories live. Discover now