capítulo diecisiete

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Estaba dormida tranquilamente, hasta que comencé a recordar lo que era estar ahí, comencé a tener secuelas en el sueño, comencé a patear todo lo que estaba cerca, pidiendo por favor que me suelten.

—¡Ya no por favor, suéltame!

Grité a todo pulmón, las luces se prendieron, y Tobe rápidamente vino a mi, calmándome tomándome los brazos, cuando mis ojos se fijaron en él, me tranquilicé un poco,

—____, es un sueño, despierta.

Susurró tomándome del rostro, limpiándome las lágrimas.

—Ayúdame, por favor

Estaba mirando en frente mío a Gao, estaba temblando me sentía encadenada. Me sobresalté al escuchar la puerta tumbarse, agarrando mis rodillas llevándolas a mi pecho, todo me retumbaba. Pero la mirada al escuchar a Garu.

—¡Dijo que la sueltes imbécil!

Me paré como pude, viendo a Garu extendiéndole mis brazos.

—¡Garu!

Me paré, pero me volví a caer, mis piernas no respondían y el dolor del vientre era insoportable, Garu corrió directo a mi, abrazándome llorando.

—Tuve tanto mierdo de perderte, no te vuelvas a ir así, ¿si?

Asentí, sintiéndome por fin en casa en cuanto su olor me inundó las fosas nasales, sentí tranquilidad, una que no iba a durar mucho.

Escuché un golpe, así que los dos vimos y era Dada que estaba golpeando a Tobe, me paré como pude y me puse en frente de él, abrazándolo.

—No lo lastimes, él me salvó la vida.

Todos miraron extraño, pero cuando vi a Gao y a Stephie, sentí que me daban de nuevo náuseas, me abracé a Tobe.

—¡Es él, es Gao!

Ring Ring miró seria, para luego escuchar a Abyo confundido.

—Pero él a estado con nosotros todo el tiempo, él no pudo ser.

Exclamó frunciendo el ceño, a lo que yo negué mirándolos con súplica.

—Créanme por favor, fue él.

—Tal vez el hecho que esté aquí la afectó mucho, tenemos que llevarla al hospital.

Dijo Ching, a lo que me ofendí muchísimo, ¿mis amigos acaso no me creían?

—Seguramente este desgraciado la golpeó demasiado.

Gao señaló a Tobe, cuando Garu lo iba a golpear lo abracé fuertemente, negando.

—Si le hacen algo a él, me tienen que hacer lo mismo a mi.

Todos me miraron sorprendidos, y vi como los ojos de Garu se quebraban, tomé la mano de Garu.

—Garu por favor, créeme, no fue él, te lo suplico.

Garu miró a Tobe.

—Te lo juro que no le hice nada, yo la amo.

Garu se enfureció con eso y lo tomó del cuello.

—Maldito idiota, la manipulaste.

Todos comenzaron a discutir, era una escena horrible de ver y escuchar, pero todo se puso peor cuando sentí como alguien recargaba un arma, volteamos y era Gao.

—Me da tanta risa como en serio creyeron esto.

Exclamó riéndose secamente, a lo que Stephanie salió atrás atemorizada, yo quise ir donde Stephanie pero me dolió el cuerpo. Tobe se paró, y Garu se puso en frente mío.

—¿Gao?...

Exclamó Abyo, asustado, estaba pestañeando para ver si podía creer lo que sus ojos llenos de amor a su primo eran cierto.

—Dámela.

Me señaló, a lo que Dada me tomó de la mano, abrazándome, ocultándomela en su pecho.

—Estás enfermo.

Él se relamió los labios, mirando al suelo para después volver a verlos.

—¿No te contó que la tengo a mis pies?

Garu me miró instantáneamente, pidiendo con la mirada que eso sea mentira, a lo que lo miré negando completamente.

—No es cierto Garu, te lo juro, él me manipuló, dile la verdad Stephie

Antes de que contesté, Gao le dio un disparo en la frente, desangrándose matándola al instante, Ring Ring se tapó la boca y Ching vomitó.

Todo mi cuerpo no reaccionaba, esto era una pesadilla, una cruel pesadilla la cual quería ya terminar y poder despertar.

—¡Stephie!

Grité, yendo hacia ella arrastrándome con mis codos. Cuando estuve con ella la cargué sacudiéndola para poder ver signos de vida, pero no reaccionaba, estaba desangrándose, me manché con toda su sangre, a lo que quise vomitar.

—¿Cómo pudiste?

Sollocé, Stephie todavía tenía un poco de aliento, me concentré en eso, mirándola tomando su mentón.

—Perdóname.

—No hables, por favor, tienes que resistir.

Instití, comenzando a tratar de reanimarla, cerró los ojos, para nunca más abrirlos.

Grité de dolor, de impotencia, pero sentimos como alguien tomaba a Gao por atrás, nos dimos cuenta; los ninjas de Tobe.

—¡Ninjas, al ataque!

Vi como de su espalda sacaba una espada, y comenzó a pelear, escuchamos gritos de dolor, puesto que habían disparado a algunos de los ninjas, toda la escena era espantosa, no sabía qué hacer, estaba totalmente asustada. Garu me tomó a lo que yo sólo cerré los ojos, vi como todos salieron corriendo, pero yo como pude me safé, puesto que había visto algo que esperaba que no fuera así.

—¡Tobe, vamos por Tobe!

Grité, como pude, me safé y comencé a correr con las fuerzas inexistentes de mi cuerpo, me detuve cuando vi que Tobe con sus dientes, sacó el botón de una bomba, y me miró desde lejos.

—Te amo, mujer.

No, por favor, no.

Corrí lo más rápido que pude, pero la guarida explotó haciendo que todos nos cayéramos lejos del lugar. Tosimos y cuando recuperé la consciencia grité llena de dolor.

Corrí como pude hasta donde estaban las cenizas de lo que alguna vez fue él, las tomé en mis manos apretándolas pero se desvanecieron con el viento, comencé a dar puñetazos al suelo.

Volteé, y me aferré a Ring Ring, llorando.

Escuchamos sollozos, y vimos a Abyo como lloraba, lloraba tanto que por amor, paré de hacerlo y lo abracé por detrás, y los dos nos fundimos en un abrazo, desgarrador:

Ambos habíamos perdido algo valioso que nunca se podrá reemplazar.

Un nuevo silencio [SEGUNDO LIBRO] [Garu y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora