·12·

888 55 3
                                    

¿Sería extraño si dijera que se está arrepintiendo de proponerle una cita a Mark? Porque se está haciendo en sus pantalones y todavía no han salido siquiera de la escuela. Lee Donghyuck es un chico aventurero, juguetón pero demasiado amable y sensible. Nunca tuvo una relación seria que dure demasiado realmente; la única que duró más que el resto fue una pesadilla que ni siquiera recuerda haber aceptado. Ama a su hermano menor, quien tiene once años y su mejor amiga, su madre. Claramente, creció respetando a los demás y amando la vida que llevaban. No le importó demasiado tener una figura paterna, tampoco le importó demasiado saber quien era y verlo pasearse con sus hijos por la ciudad como si no tuviera a otro abandonado. ¿Lo molestaron alguna vez sus compañeros por no tener un padre? por supuesto, pero su madre siempre bromeaba sobre haberle dado veneno de víbora en lugar de leche materna; jamás se dejaba basurear por alguien. 

Conocer a Renjun, un chico que tenía algunos problemas de ira, pero con un corazón tan enorme que superaba todos los contra en su vida, fue, sin duda, el ánimo y la compañía que necesitaba para mantenerse alegre y optimista. Ren es su amigo desde que tiene doce años, pero se siente como una eternidad. Nunca se sintió solo o abandonado. Jamás necesitó tíos o abuelos si tenía a la familia de Renjun. Tenía una perrita que era realmente tierna, quien no lo dejaba en ningún momento solo. 

Su desastrosa primer relación seria fue al rededor de los 15, cuando estaba conociéndose a sí mismo y descubriendo su sexualidad; Taehyun fue su primer amor y alguien que marcó por completo su vida. Los primeros cinco meses fueron de ensueño, pero cada vez se alejaba más de Ren, pues su amigo insistía con que su novio no le agradaba en absoluto. En la escuela lo miraron raro por ser abiertamente gay, pero luego esa misma gente lo aplaudía por su valentía y aceptaban de a poco convivir con él. Taehyun, en cambio, no había salido del clóset y era el típico jugador de soccer a quien nadie se imaginaría gay. Se escondían y cuando Hyuck puso un ultimátum, incitado por su mejor amigo, diciendo que si no estaba seguro de sí mismo, entonces que no siguieran con lo que había entre ellos; Hyuck no necesitaba más inseguridades en su vida. Aún, cada tanto, recordar aquel horroroso día lo estremece y le saca algunas lágrimas.

"-¿Me amenazas, Hyuck?- Una risa se escuchó por toda la habitación de Taehyun.- ¿Tú a mí?.- Quiso mantenerse firme en su postura, pero, inconscientemente comenzó a retroceder, mientras su pareja se acercaba algo encorvado por la diferencia de alturas, señalando su propio pecho. - ¿Quien mierda te crees que eres para amenazarme? ¿No te parece ridículo siquiera pensar en dejarme?- Pequeños empujones en su hombro le hicieron bajar la mirada algo aterrorizado. Siempre creyó que su novio provocaba un montón de sentimientos en él, pero jamás esperó que ahora estuviera sintiendo miedo. Solo registraba miedo. No había cariño, ni comprensión. - Eres tan patético... Desaparece de mi vista y vuelve cuando hayas pensado en lo que acabas de decir.- Hyuck quiso decir algo, pero no podía articular nada. Solo abrió su pequeña boca y tomó una respiración corta.- Y no digas nada. No quiero oír lo ridículo que estas siendo ahora. Madura de una vez. No estoy para tus juegos.- Taehyun se volteó y tomó su camiseta del piso, poniéndosela y murmurando maldiciones por haber arruinado aquel íntimo momento. Sus miradas chocaron y lo entendió tan rápido. Aquella no era una mirada de amor. Sólo veía deseo. Calentura. No había cariño en sus ojos.-¿Sigues aquí? Largo, Donghyuck.- Como pudo se puso sus zapatillas y salió de allí, con los ojos llenos de lágrimas.

Estaba tan pasmado por lo que había pasado, que no terminó de comprender el mensaje, no entendió que tenía que huir de ahí lo antes posible. Y volvió, una, dos y muchas veces más a los brazos de Taehyun. Volvió a rastras o gateando; siempre volvía, con un labio lleno de sangre o los brazos con moretones. No le importaba. Siempre volvía al ver su rostro arrepentido. Le perdonó tantos golpes que cuando los recordaba hoy, aquellas cicatrices volvían a doler como cuando fueron hechas. 

Injun!!!  ·NoRen· Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora