CAPÍTULO SEIS

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Jungkook asintió a los otros centinelas mientras entraba en la oficina de seguridad. Había descansado doce horas, ocho de ellas en un sueño profundo, pero aún sentía que necesitaba otras doce. En serio, no recordaba haberse sentido nunca tan cansado y dolorido. Tal vez había atrapado algo en la alcantarilla. Los vampiros eran un grupo fuerte, pero no eran totalmente inmunes a todas las enfermedades. Ocurrían cosas. Lo descartó de su mente y se acercó al tablero de horarios para asegurarse de que todavía tenía el mismo horario. Todo parecía igual, así que se acercó a donde Taehyung estaba sentado en su escritorio.

—¿Alguna tarea especial hoy?

Taehyung levantó brevemente la vista antes de mirar la pantalla de su ordenador.

—No, parece que son solo patrullas generales por ahora, pero mantén tu comunicador contigo.

Jungkook señaló su oído.

—Tuve que conseguir uno nuevo porque el viejo se estropeó.

—No te olvides de rellenar un informe de daños.

No, me olvidé por completo de eso.

—Lo haré ahora. —Jungkook odiaba el papeleo, pero era parte del trabajo. Lo entendía. Sin formularios, ¿cómo podía alguien saber qué suministros necesitaba?

Jungkook se acercó a uno de los ordenadores sin usar y se sentó. Sacó uno de los formularios de informe de daños y empezó a rellenarlo. Era un trabajo lento y tedioso, porque lo suyo era cortar cabezas de vampiros renegados, no mecanografiar. Se puso a picotear el teclado.

—¿Rellenaste el informe de la misión de ayer?

Jungkook levantó la vista. Taehyung estaba de pie junto al escritorio.

—Aún no, señor. Después de dejar a Jimin arriba, me registré y me acosté. Lo haré ahora mismo.

Más papeleo. Al menos no tenía que escribirlo a mano. Su letra era peor que su mecanografía. Una vez que terminó de rellenar el informe de daños, se puso a trabajar en el informe de la misión. Omitió la mayor parte de lo que había sucedido en el sótano porque no era asunto de nadie excepto de Jimin y él.

—Jungkook, me alegro de haberte encontrado.

Jungkook miró hacia arriba para ver al Dr. Lee corriendo hacia él.

—Doctor, ¿pasa algo?

—Necesito sacarte sangre.

Jungkook frunció el ceño, confundido.

—¿Sangre?

El Dr. Lee miró a su alrededor antes de acercarse y susurrar.

—Como Jimin y tú intercambiaron sangre en la alcantarilla, necesito tomarles una muestra de sangre.

El ceño de Jungkook se frunció mientras la ira se encendía en sus entrañas.

—¿Él te lo dijo?

¿No eran algunas cosas privadas?

—Me temo que tuvo que hacerlo después de mi examen, pero te aseguro que todo es confidencial.

ACURRUCADOR🩸Onde histórias criam vida. Descubra agora