14

25 6 0
                                    

Encontrarme con Christopher fue un shock a mi estabilidad emocional

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Encontrarme con Christopher fue un shock a mi estabilidad emocional. Nuestros ojos se cruzaron y me obligue a desviar la vista, fingiendo poner atención a mi teléfono celular. Cuando el elevador se cerró y empezó a ascender, se acercó a mí y me tomó por los hombros, antes de que pudiera hacer algo me besó.

De nuevo, mi boca se sentía como si quemara, mi cuerpo se volvía débil y me entraban muchas ganas de llorar. ¿Cuándo iba a ser el día en que yo dejará de amarlo?; fue él quien me soltó, fue él quien escogió otro futuro sin un "nosotros". ¿Por qué seguía aferrándose a mí de esa forma?

Lo empujé con todas mis fuerzas y me limpié la boca.

—¿Te volviste loco? —pregunté molesto—. ¿Qué crees que haces?

Me miró como si el loco, fuera yo, parecía no entender que ya era un hombre casado. Me hizo enojar más, Christopher Bang había arruinado nuestro amor, me había dejado por una mujer, por el éxito y el dinero. El hombre frente a mí había roto mi corazón y seguía rompiendo los pedazos, como si buscará hacerlos polvo.

—Yo, yo creí que...

—Que sería tu amante. Fue un error que no voy a repetir, jamás vuelvas a pensar eso de mí. Respétame y no vuelvas a tocarme, no me mires de forma lamentable, ni trates de volver a besarme.

—¿Ya no me amas? —se atrevió a preguntar.

—¡Te amo!, ¡No quiero amarte, pero te amo! —grité, tratando de aguantar las lágrimas. El hombre que pensó que yo sería su amante, no las merecía—. ¡No quiero pensarte!, ¡estoy cansando de anhelar por tu amor!, ¡Quiero olvidarte!, !No puedo hacerlo! —traté de tranquilizarme y respiré hondo—. Todavía no te olvido, pero te olvidaré. No voy a amarte todo la vida.

Ni siquiera había llegado a mi piso, pero cuando las puertas del elevador se abrieron salí, caminé rápido y decidí subir las escaleras. Christopher no me siguió, así que puede relajarme.

Odiaba verme tan vulnerable. Le había dicho muchas cosas que me parecían frustrantes, pero que eran ciertas. Sabía que yo mismo estaba torturándome, y que nadie más que yo era el culpable de mis propios sentimientos. Trate de eliminar estos sentimientos de mi cuerpo, y me ahogue en un mar de trabajo los siguientes meses.

Dicen que el tiempo lo cura todo. No había nada más falso que eso. Yo seguía amando a Christopher como el primer día, a pesar de que ya había pasado medio año desde su boda. Me había dado cuenta de que jamás iba a olvidarlo, que jamás borraría nuestro amor de mis memorias; sin embargo, también, me había dado cuenta, que aún con dolor, podía seguir adelante.

—Jungkook, Jimin, hoy iremos al reclusorio. Avisen a sus padres que llegaras tarde por favor.

Ambos jóvenes asintieron bastante animados, era su primera vez para ellos ya que no tenían permitido el acceso, más que a familiares y abogados, pero había podido conseguir un permiso del director del reclusorio para que los dejara pasar.

Jimin era mi nuevo pasante y con Kook siempre eran demasiado ruidosos. Con el tiempo mi sueldo aumentó, pero tenía que pagar las comidas de ambos, así que no sentí un cambio verdadero en mis quincenas. A pesar de todo me sentía más cómodo trabajando en el área penal. Namjoon también estaba muy contento con mi trabajo y solía invitarme a reuniones, que aparentaban ser cumpleaños y fiestas, pero sólo hablábamos de asuntos laborales.

Después de la reunión, con el reo a quien iba a defender en próxima audiencia, le pedí a Jimin que buscará los fundamentos legales para una apelación y a Jungkook algunos formatos. Esa tarde no salimos a comer por estar trabajando, pero mandé a pedir pizza y refrescos, por lo que no se quejaron.

Por la noche, llevé a los chicos a sus casas, primero a la de Jimin saludé a sus padres, su madre incluso nos invitó a cenar, y fue tan insistente que no pudimos negarnos. Era un mujer encantadora que siempre estaba preocupada por su hijo, le pedía a Jungkook que fuera su amigo y que lo ayudara a ser más sociable, por lo que Jimin se veía avergonzado y cubría su cara con sus manos.

Finalmente dejé a Jungkook en casa de sus padres. De nuevo, sólo estaba el personal de servicio, pero Jeon nunca perdía la sonrisa, siempre trabajaba de forma perfeccionista y diligente. Una vez que terminará la carrera, Bang le había prometido a sus padres una plaza de trabajo en su despacho en el área familiar, después de que estos invirtieran en la firma. Christopher seguramente, una vez que fuera nombrado el director, cumpliría con lo que su padre había prometido.

Antes de llegar a casa, me desvíe al consultorio de Minho para recoger a mi hermana. Al parecer había decidido realizarse otro tatuaje, de último momento y quería que la llevara a casa.

Toqué la puerta y Min no tardó en abrir, tenía puesto un pijama ridículo de color rojo con imágenes de un vengador. No había día en el que no me sorprendiera. Debajo de todos esos tatuajes, músculos definidos y apariencia peligrosa y coqueta; se encontraba un joven demasiado amable.

—Debes verlo, es una obra maestra, el mejor tatuaje de todos los tiempos —mencionaba emocionado.

Fui hasta mi hermana, ella estaba llorando con la espalda descubierta. El tatuaje era precioso, Hee siempre había optado por pequeños tatuajes en diferentes partes de su cuerpo que se veían al azar. Este tatuaje en comparación cubría toda su espalda. Era algo como un soldado samurái. No entendía porque había decidido hacer algo como eso. Pero ella tenía sus propias manías y gustos, yo sólo tenía que aceptarla tal y como era, rebelde y preciosa.

Mi madre y Hee, eran las mujeres de mi vida.

—¿Qué tal se ve? —mi hermana pregunto, aún con más emoción que Minho—. Toma una foto y envíamela.

—Se ve increíble, tal vez sí pagaría por él.

Al parecer, esas palabras de mi parte fueron la mejor aprobación del trabajo realizado, porque Jungkook me abrazo con fuerza por la espalda.

—Es lo más hermoso que has dicho hasta ahora, te haré un treinta por ciento de descuento sin quieres uno.

Me soltó y empezó a guardar las herramientas de trabajo. Sohee y yo reímos al mismo tiempo, siempre hablaban de darme un veinte por ciento de descuento, era la primera vez que me ofreció un treinta por ciento. Aun así rechacé la oferta. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
stay with her (hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora