Mi ultimo recuerdo de infancia, es que mi madre me decía que el día de mi nacimiento los dioses, los favorecieron y les dieron una hija guerrera, fuerte y Líder, como mi padre, pero yo creo todo lo contrario, me quede sola tan pronto como llegue a...
El calor de la fogata se sentía en la piel lo caliente del fuego todo el ejercito rodeaba esas grandes llamaradas vivas, el hombre responsable de los últimos días de angustia y incertidumbre de Ivar y su hijo, veían ah Harald atado en la silla mientras Hvitserk deja caer las coronas y monedas de oro solido en aquella gran olla.
-No hay nadie sobre la tierra que pueda arrasar conmigo y la ira que llevo dentro, no hay ningún hombre tan estúpido que pueda querer hacerme daño sabiendo que las grandes alas de mi ejercito me cubren y la voluntad de mis dioses siempre esta a favor de mis guerreros, hoy Harald quiso herir a lo mas sagrado que hay en nuestro mundo mi familia- dice Ivar dirigiendo su mirada a su hijo y esposa.- estas lito Harald serás coronado y esta corona jamás te la podrás quitar será eterna y serás un rey siempre-Hvitserk se a cerca a Ivar.
-La corona de el rey Harald- dice Hvitserk
-Tráiganla es la hora- dice Ivar mientras extiende la mano en dirección a su esposa, y Eyrá camina hacia donde esta el, y toma la palma de su mano y recorre todo el dorso de su brazo hasta pasar su mano por la nuca de Ivar y unir sus frentes y verse por un momento a los ojos, sus miradas ya están cansadas an sido días largos.
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-Harald, dicen que todo vikingo esta listo para morir pero tu eres el mas estúpido de todos, me traicionaste trataste de matar a mi esposa y a mi hijo, y sabes?, no pudiste y ya jamás podrás derrotarme por que yo soy Ivar el deshuesado hijo de Ragnar Lodbrok y soy esposo de la gran Valkiria negra, y se que si un día muriera mi nombre será escrito en las historias, pero el tuyo será olvidado como el maldito bufón que quiso ser rey de todo noruega- Harald mira fijamente a Ivar, y en sus ojos se puede observar el miedo ala muerte sus labio se abren y comienza a hablar.
-Piedad Rey Ivar, déjeme vivir le prometo que jamás me volverá a ver, me iré lejos de a qui, pero tenga un poco de piedad por mi vida- Los ojos de Ivar están llenos de ira y grita su respuesta ante lo que a dicho el miserable prisionero.
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-Cierra tu maldita boca- grita Ivar con ira.- es hora de coronarte.- Aren y Hvitserk desatan a Harald y lo toman de los hombros lo ponen de espalda contra el suelo la desesperación de el prisionero es evidente, eyrá observa a Ivar, esta venganza es suya es de los dos, de un momento a otro Ivar se arrastra por el suelo, hace años que eso no pasaba, arrastrándose con rapidez como una serpiente acercándose a Harald con una sonrisa diabólica con esa oscuridad tan característica de el deshuesado.