𝐷𝐴𝑁𝐷𝐸𝐿𝐼𝑂𝑁𝑆 - 𝑁𝑜𝑧𝑒𝑙 𝑆𝑖𝑙𝑣𝑎

vi

La fémina se encontraba acostada en el campo de dientes de león, observando las estrellas, siendo alrededor de las 3 de la madrugada, pues no podía dormir. Estaba sumergida en sus pensamientos, el haberse dado cuenta de que aquel hombre que tanto le gustaba no podría estar con ella y el que nunca sería correspondida en aquel amor le tenía pensando, tal vez debía alejarse del peli-plateado.

Aquellos ojos púrpuras que cuando la miraban producían mariposas y un zoológico dentro de su estómago, o aquella trenza que cubría su nariz, sus labios, los cuales más de una vez había visto.
El estar pensando en aquel hombre no ayudaba en absoluto, y ella lo sabía, sin embargo, le era bastante difícil dejar de pensar en él.

Pronto se descubrió a sí misma deseando en aquel campo de dientes de león que Nozel Silva fuese suyo. Lo deseaba con todo su corazón, de verdad deseaba ser correspondida.

Desear que el de orbes púrpuras fuese suyo era descabellado, pero era justo lo que hacía.
Aunque sabía que muy probablemente no fuese posible.

★○o｡.:*】

Por su parte, el de cabellos plateados se encontraba en su habitación, estaba acostado, viendo al techo y pensando en la imagen de la fémina dormida, en aquel momento le había parecido el ser más hermoso de la tierra.

Claramente no estaba contento respecto a esto, pues tenía el ceño fruncido y una mueca en su rostro, (el cual ya no portaba una trenza) pues estar pensando en una plebeya de aquella forma era algo completamente inapropiado para él que formaba parte de la realeza.

Cansado de tales pensamientos se vistió y salió de su habitación, deseaba recorrer aquel campo de dientes de león al que la menor le había llevado, pues en cuanto había visto este le había producido una gran tranquilidad.

Subió a su águila de mercurio, llegaría más rápido su iba en ella.
Dicho y hecho, en unos pocos minutos se encontraba cerca de el lugar, por lo que bajo de su águila y camino hacia el campo de dientes de león que se veía a unos cuantos metros de él.

Al estar a unos cuantos pasos fue que pudo divisar la figura de la fémina, quien se encontraba acostada, con el poco cabello que tenía esparcido por el suelo, rodeando algunos dientes de león.

Al acercarse a ella se percató de que una lágrima parecía correr por su mejilla.

—¿Hye? -Preguntó levemente, probablemente apenas audible.
La de orbes azules rápidamente como pudo se incorporó y volteó a verle, limpiando su ojo.
—¿Nozel? ¿Qué haces aquí? -Preguntó sorbiendo su nariz y dejando de verle.
—No podía dormir. -Dijo brevemente, acercándose a ella y sentándose a su lado. —¿Tu qué hacías? -Elevó una ceja.
—Pensaba. -Contestó rápidamente, mientras le veía de nuevo y fruncía el ceño. —Es la primera vez que veo tu cara sin aquella trenza. -Comentó mientras le sonreía levemente.
—No deberías hacer esos comentarios frente a alguien de la realeza. -Dijo con el ceño fruncido, estaba avergonzado, pero no dejaría que la fémina se diese cuenta.

Unos momentos después la fémina se despidió y caminó hasta llegar a su habitación dentro de la base, si no intentaba dormir en ese momento probablemente no pudiese levantarse a la hora que debía.

Hye se encontraba en el centro de la ciudad, portando una falda azul y un suéter blanco a los hombros, (con el respectivo manto de su orden) pues era el festival de premiación de estrellas.

Algunas semanas habían pasado desde que Noelle había ido al templo submarino y Asta había recuperado la movilidad de sus brazos gracias a la reina de las brujas y uno de sus hechizos.

Como siempre, la fémina se encontraba sola, sentada en una banca, alejada de los puestos, con un libro en las manos y comiendo una brocheta de carne, mientras leía tranquilamente. O al menos lo hacía hasta que Asta llegó con Noelle y otras tres personas, una chica y dos chicos, quienes al criterio de la de orbes azules parecía venían del reino del mar.

—¡Hye! Noelle te estaba buscando. -Dijo Asta de lo más enérgico.
—Hola Asta, Noelle. -La fémina les sonrió. —Entonces ¿me buscaban? -Les veía atenta mientras colocaba un separador en su libro y lo cerraba, terminando de comer su brocheta.
—Así es, queríamos presentarte a nuestros amigos. -La peli-plateada le sonrió. —Ellos son Kiato, Kahono y Kendo, nuestros amigos del tempo submarino. -Presentó, mientras señalaba respectivamente a cada uno.
—Queremos invitarte a recorrer el festival con nosotros. -Dijo Kendo sonriendo.
—Bueno, me parece bien. -La de cabellos rubios se levantó y comenzó a caminar con los demás.

Pronto Kahono se fue con Asta y Kiato con Noelle, parecía que a él de cabellos azules estaba atraído por la menor de los Silva, mientras la de cabellos rojos lo estaba por el chico bajito.

Por su parte Kendo hablaba con la fémina, quien cada tanto reía por los comentarios del mayor, pues en aquel rato que habían hablado de había presentado adecuadamente y había mencionado que tenía 21 años, siendo el mayor de los hermanos.

Hye parecía divertirse con aquel chico que había llegado de visita al reino del trébol, recorriendo los puestos y comprando cosas de vez en cuando.

Cosa que no parecía agradarle al mayor de los Silva, pues se encontraba con el ceño fruncido, mirando intensamente al par, molesto, su sangre hervía.

¿Acaso estaba sintiendo celos?

Picrew de Kendo, claro que si \/

y Picrew de Hye \/

¿Qué les va pareciendo la historia? ¿les gusta?

Gracias por leer
Perdonen los errores ortográficos
Se les quiere
Tengan buen día/tarde/noche