CAPÍTULO 28

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VERDADEROS SENTIMIENTOS

Indra Dorenty

Santorini Grecia

La puerta del jet privado del BosVer se desliza dándonos vista al hermoso clima y amanecer de Santorini, bajo las escaleras siguiéndole el paso a Masón, los miembros de la Vera ya esperaban nuestra llegada, una Lincoln Navigator negra se muestra delante de nosotros.

— Aquí tiene las llaves BosVer — un tipo que jamás había visto, pero al parecer Masón si, le entrega las llaves del auto.

— Aseguren el perímetro, no quiero errores, esta vez no serán tolerados — el tipo asiente y hace una seña rara con la mano para que todos se pongan en marcha.

— ¿Te has dado cuenta de que eres muy mandón? — bromeo, rodeando el auto para poder subir, que él no me habrá la puerta no lo hace menos caballeroso, ese tipo de cosas se me hacen comunes, eso es algo que dejo de impresionarme, su caballerosidad se define de otras maneras nada convencionales.

— Te has dado cuenta de que eres muy enfadosa — ruedo los ojos, a veces es insoportable, ambos subimos al vehículo colocándonos los cinturones de seguridad, enciende el auto dando inicio al recorrido que aún no sé.

— Aún no me has dicho cuál es el dichoso asunto, por si no lo sabes, tenía trabajo como abogada que resolver y tú aún sigues siendo el jefe — bufa molesto.

— Esto será más divertido, además, dejaré el cargo en cuanto volvamos — su respuesta me impresiona, no creí que realmente se fuera a ir.

— ¿Hablas en serio? — yo quería que siguiera conmigo, me gustaba tenerlo como jefe, era sexy y atrevido.

— Sí, tengo muchas cosas que hacer como BosVer, una de ellas es encontrar al imbécil de Dalton — ese hijo de puta sabe ocultarse, mi madre aún no ha confesado su ubicación, debo decir que resulto muy valiente.

— No lo menciones, que el simple hecho de escuchar su nombre hace que me hierba la sangre — sonríe — ¿Qué es divertido?.

— Ver como tu cara de enojada se vuelve sexy — sonrío ante su estúpido comentario.

— ¿Podrías tomar tu papel de serio por un momento? — vuelve a esbozar esa sonrisa que me gusta que reluzca.

— No hablemos de él, en estos momentos venimos aquí por otro asunto, así que enfócate solo en eso — sus fornidas manos se ciernen en el volante, manejando como el puto experto que es, sin perder esa sensualidad que lo caracteriza.

— Si supiera qué asunto, claro que me enfocaría — vuelvo mi vista hacia la carretera, cruzándome de brazos, estoy molesta y no sé por qué.

El camino hacia el lugar que un no termino de deducir me está torturando, soy una persona cero paciente y que el idiota este ignore mis preguntas me hace enfadar, su falta de empatía me está volviendo loca, los minutos pasaron, y este hombre se adentra en una semejante casa, su color blanco hace que destaque, el estilo griego que emana me encanta, parece irreal, estoy acostumbrada a ver casas demasiado lujosas, pero esta, estaba fuera de mi categoría, el grande jardín que la adornaba le daba el toque perfecto, sus altas ventanas tenían el acceso a la excelente luz del día, los marcos y murales estaban perfectamente detallados, remarcando su esencia, el título de mansión le quedaba corto, este era un palacio digno de una Reina.

— Bienvenida a lo que será nuestro sitio de hospedaje por unos días — sus palabras me asombran logrando que pose mi vista en él.

— ¿Días?, ¿Qué mierda de asunto haremos? — me guiña un ojo bajando del auto, y si estaba molesta esto lo aumento, abandono el vehículo siguiéndolo hacia la puerta del maldito palacio.

ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏWhere stories live. Discover now