Epílogo

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—¿Estás seguro de que fue prudente pedirle a YoonGi que viniera?

SeokJin picó a TaeHyung en las costillas, señalando con la cabeza hacia donde JungKook y YoonGi estaban con el agua hasta las rodillas en las olas rompiéndose, platicando sin parar sobre ciencia. YoonGi había acordado tenerlo como asistente de investigación durante su segundo año en la universidad, y ahora estaban muy amistosos.

TaeHyung se recargó en su silla de playa, estirando sus piernas y disfrutando del comienzo del calor veraniego. Habían ido a la casa de playa de los padres de JungKook, y planeaban quedarse allí por dos semanas. —Si no paran de discutir sobre cómo los orgasmos anales y la lordosis de los omegas están ligados a nuestro ADN de Lobo, y teorizar sobre eso, entonces puede que sí me arrepienta.

SeokJin se rió mientras aplicaba aloe sobre los hombros de NamJoon.

—Ambos tienen mucho en común —murmuró NamJoon, irritable después de haberse quedado dormido bajo el sol durante la primera tarde de sus vacaciones, y ahora sufrir de quemaduras por ello—. Debes odiar cuando se ponen a discutir así.

TaeHyung se encogió de hombros. En el fondo, estaba feliz de ver a su ex amante que tenían más en común de lo que pensaban. Aunque si le decía eso a YoonGi, lo único que conseguiría sería un comentario vulgar de que ambos estuvieron dentro de su trasero.

Pero era mucho más profundo que eso.

Ambos hombres compartían una devoción hacia sus amigos y familia, lo que demostraba su fuerza de carácter y amorosos corazones. La mayoría de los días, no podían creer lo afortunado que había sido por encontrar a YoonGi cuando lo necesitaba, y después haber sido encontrado por JungKook cuando no sabía que lo necesitaba.

No podría estar más feliz.

Miró hacia Jimin, el mejor amigo de JungKook, quien hacía un hoyo en la arena y fruncía el ceño hacia los veleros a la distancia. En cuanto a felicidad se trataba, Jimin era otra cosa. Se compadecía mucho de él y deseaba conocerlo mejor. A pesar de que JungKook insistía que Jimin era un bromista, hasta el momento había estado muy callado, pero cuando hablaba, era lo suficientemente entretenido. Aunque sus ojos se detenían demasiado tiempo en YoonGi, y a TaeHyung le preocupaba lo que pudiera suceder si YoonGi se percataba. Pero hasta ahora, todos se llevaban de maravilla y no había habido ninguna pelea.

Bueno, aparte de Zephyr, quien había peleado como un demonio para evitar ser agarrada y llevada a una pensión donde permanecería hasta que volvieran. TaeHyung aún tenía un rasguño en su antebrazo y una mordida en la mano como resultado de eso, aunque YoonGi le había puesto una inyección por ello y JungKook le aplicaba todas las noches la medicina que le recetó.

—¿Estás emocionado por volver a tus clases el próximo otoño? — preguntó SeokJin.

—¿O te has vuelto flojo y demasiado mimado por las atenciones de JungKook? —dijo NamJoon.

TaeHyung se rió, hundiendo sus dedos en la arena. —Admito que terminé disfrutando de mi tiempo sabático más de lo que esperaba, pero sí, estoy ansiando dar clases. Mas no el que mis estudiantes me den problemas porque su compañero de clases es mi alfa.

Jimin resopló, obviamente escuchando, pero no aportando mucho a la conversación: —Sí, buena suerte con eso —murmuró.

—He querido preguntarte —dijo NamJoon, apuntando a un lugar en su costado al que SeokJin olvidó ponerle aloe—. ¿Cómo está MiJin?

—Muy bien. Y lo creas o no, todavía entra en celo. No es lo mismo desde la operación, pero las hormonas que lo desencadenan, siguen funcionando. Ahora pueden relajarse durante ellos, sin preocuparse ya que no tiene útero para embarazarse.

—Es fantástico.

—JungKook dice que sus padres son más felices de lo que lo han sido en años, y le creo. Actúan como si estuvieran de luna de miel. —TaeHyung deslizó su mano hacia abajo para rascar su estómago. Una parte de él aún anhelaba tener un hijo de JungKook, pero ya no le preocupaba que fuera a reprocharle el no ser capaz dárselo. La fascinante forma en que JungKook cuidaba de él en todos los sentidos, física, emocional y financieramente, anulaba por completo su miedo. Lo aniquilaba.

—¡Jimin! —llamó JungKook—. ¡Ven aquí! —Le hizo señas a su amigo para que fuera con él. Los rayos del sol se vertían en el pelo de JungKook, haciéndolo parecer como un ángel enviado por Dios Lobo.

Jimin se puso de pie y se dirigió al mar, salpicando a YoonGi y JungKook. TaeHyung sonrió mientras la risa de JungKook llegaba hasta él, directo a su corazón.

Se tragó su gratitud como una bola de alegría y luego se desparramó aún más en su silla de playa, dejando que el sol calentara su pecho y brazos descubiertos. Cerró los ojos, sintiéndose seguro alrededor de sus seres queridos. El sonido de las olas y la brisa fresca se apoderó de él con dulzura, adormeciéndolo en la felicidad, pero sobresaltándose cuando JungKook se derrumbó encima de él, húmedo y frío por el agua del océano.

—Despierta, cariño. Ven a nadar conmigo. El agua está riquísima.— Besó su boca—. Como tú.

TaeHyung se rió, aferrándose a su felicidad, sin dejarla ir, y salpicando tras su futuro en el mar azul cerúleo.


(...)

El segundo libro ya esta en mi perfil (es yoonmin)

Y el libro 2.5 estaré publicando aquí mismo. Ambos libros cuentan con diferente perspectiva de pareja pero están conectados en tiempo.

𝙩𝙚𝙢𝙥𝙨 𝙡𝙚𝙣𝙩 ━ kooktaeWhere stories live. Discover now