DESDE ROCADRAGÓN ━ capítulo cuatro

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𝐃𝐄𝐒𝐃𝐄 𝐑𝐎𝐂𝐀𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎́𝐍
capítulo cuatro

𝐃𝐄𝐒𝐃𝐄 𝐑𝐎𝐂𝐀𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎́𝐍capítulo cuatro

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( 𝐑𝐎𝐂𝐀𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎́𝐍 )

Carrie sentía que sus mejillas dolían de tanto sonreir suavemente, adoraba Rocadragón; el olor a sal del mar y el calor de la fortaleza, que siempre se mantenía caliente debido a ser una isla volcánica. Hongo la admiraba, era la sangre del dragón, no le temía al fuego y se pasaba el día admirando los volcanes de Montedragón.

Estaban ellos solos en aquella ciudadela, pocos marineros osaban acercarse a la isla-fortaleza de los Targayen y los pocos comerciantes, solo usaban el asentamiento valyrio como zona de pesca. En castillo con forma de dragón era solitario y estaba desolado, cada de paseaban por los pasillos del hogar de Aegon el dragón, sentía su piel erizarse, mirando cada cuadro y detalle del lugar; sentía que el alma de todas las cenizas de los Targayen que yacían enterradas en la cripta dragón estaban sobre ellos constantemente, más sorprendente era cuando Carrie hablaba tan honradamente de los tres grandes Targayen; Aegon y sus hermanas-esposas, Visenya y Rhaenys, mencionando que la primera noche soñó con la mismísima reina Rhaenys; ambas en lomos de gigantes dragones, rumbo hacía el mar del ocaso

La segunda noche, mientras daban venados de plata a cada mercader que se tomaba el tiempo para comerciar suministros en aquella peligrosa isla; hablo sobre un nuevo sueño, ahora con la Visenya Targayen, ambas en el patio de armas de la fortaleza, mirando a Maegor y un niño sin rostro entrenar hasta el que sus pequeños cuerpos no respondían a mas ordenes de combate, derrotados.

Ahora era la tercera noche allí, estaban paseando nuevamente por las recamaras de sus antepasados, cada uno con un pequeño pastelito de arándanos hecho por un amable mercader amigo, pues el anciano había quedado encantado por la amabilidad de la joven de ojos índigo y por las monedas que Champiñón le entregaba por cada compra. Carrie tomo la mano del bufón para encaminarse a una gran sala con gran balcón dando vista a la lejanía la gran ciudad de Desembarco del Rey, la gran sala con la mesa tallada de Aegon, un gran mapa de madera donde se ilustraba a los Siete Reinos

Miro desde su altura con total admiración como la hermosa princesa se acercaba a la gran mesa, haciendo sonar sus tacones contra el suelo de piedra, como sus finas y delicadas manos acariciaban con un tacto fino y elegante el gran mapa de madera. Ahogando una exaltación al momento que la princesa tomo el mango de una antorcha de metal, estaba ardiendo pero la joven Targayen ni se inmuto al calor, agachándose así prender las velas bajo la mesa, comenzando a iluminar cada ciudad y rio que recorría todos los grandes lugares de Westeros.

La princesa de las flores, apoyo sus codos en uno de los mares del mapa, jugueteando con los barcos de madera que simulaban ser la flota Celtigar, giro su rostro hacia su bufón y achico sus ojitos al momento que le sonrió; ━━━━ Acércate, Hongo

bella y bestias ─ daemon, aemond (dance of dragon, asiof).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora