¿Amor?

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Violeta había tenido varios intentos de romance en su adolescencia.

El primer amor fue por un chico que no le correspondió y después de un tiempo terminaron peleándose y olvidándose de la amistad que llegaron a tener.

El segundo fue el peor de sus "enamoramientos", un chico que cuando terminaron fue un hijo de puta que buscaba cualquier oportunidad para humillarla delante de cualquier otra chica que estuviera con él, incluyendo a la falsa amiga de ella, alardeando que utilizaba a Violeta para estar más cerca de la otra.

(Sí, ella es la misma Camille de las historias de héroes).

Y no conforme con eso, amenazar con golpear a su mejor amigo y provocar que su nueva "novia" insultara y amenazara a Violeta por defenderlo.

Con el tiempo logró superarlo y comenzó un noviazgo con un nuevo chico.

Todo iba perfecto al principio, pero con el tiempo todo se fue desmoronando, llegando al límite de los celos del chico hacia ella, pero él hablando cariñosamente a sus espaldas con alguien más.

Luego de una triste pérdida Violeta dejó de existir, llegando a dividirse en dos personalidades que ya conocemos.

A la siguiente escena de celos e intento de culpabilizar, Violett terminó con la relación, sin remordimiento y con el amargo recuerdo de sus desacuerdos.

Comenzaba septiembre, Ultraviolenta caminaba por la calle intentando buscar a ese estúpido ex novio, llamémoslo Marcos, así como el verdadero nombre de Delusion.

Seguramente estaba cerca, su dignidad era tan poca que seguramente estaría buscando a Violett para pedirle perdón como lo había hecho desde el día que terminaron.

-¡Amor! -escuchó exclamar.

Agh, con que ahí estaba.

La chica volteó y se topó de frente con Marcos, ella le regaló una mirada de desprecio que hizo que el chico se detuviera.

-Violetita... ¿te... te encuentras bien? -preguntó un tanto nervioso.

-La única persona que no me causaba ataques de nervios por sus escenitas de celos y culpabilidad se ha ido para siempre, ¿cómo quieres que esté? -devolvió ella con odio- Y por favor... olvida ese horrible modo de llamarme y cualquier otro apodo disque cariñoso.

Marcos quedó atónito- Eh... bien... oye, se que estás molesta por lo que dije ese día... pero...

-...Él era mi mejor amigo, tú nunca lo quisiste por tus malditos celos, pero eso no justifica lo imbécil que fuiste al expresarte de esa forma -reclamó seria.

-Sé que hice mal, pero... estaba molesto... me molestó que no me pusieras atención ni me dijeras como te sentías...

-Si te lo decía estaba más que segura que me tratarías de tonta débil -expresó ella al borde de la furia.

Continuó- Y me dirías que el culpable era él por depresivo inútil, que era obvio que con sus actitudes no sería raro que un día me llegaran con esa noticia... ¡¿No dijiste eso cuando te conté entre ese estúpido llanto que tenía miedo de que mi amigo me dejara de esa manera?! -exclamó empujándolo.

Marcos retrocedió- V-Violeta...

-¡No me llames por ese nombre! -reclamó- Querías toda mi atención para tí... me culpaste de las discusiones que TÚ iniciabas... querías ser el único en mi vida, pero yo se que no era la única en la tuya, y hay de tí que intentes negarlo -reclamaba avanzando hacia él de forma amenazante- Mis malos momentos los minimizaste y tú te victimizaste con los tuyos, luego de eso me decías exagerada.

El chico se arrodilló con los ojos llorosos- Perdóname... fui un imbécil... lo sé... pero... puedo cambiar... esto no puede terminar así -rogó.

-Tienes razón... así nada más no puede terminar -se acercó Ultraviolenta.

De inmediato, la palma de su mano extendida chocó contra la mejilla de su ex novio dándole a su cara un giro de ciento ochenta grados.

-Ahora sí -dijo dando media vuelta.

El otro, con la mano en la mejilla, la vio irse, sin creer que ella le había dado ese golpe.

-Está bien, lo merecía -habló en voz alta- ¡Pero volveré a buscarte! ¡Voy a recuperarte! -gritó.

Ella lo ignoró y siguió su camino.

🔥💜🔥

Ultraviolenta volvió a entrar por la ventana de la habitación que compartía con su contraparte, aún no estaba.

No pasó mucho tiempo para verla entrar por la puerta.

Sonreía.

-¿Y esa sonrisa? -habló Ultraviolenta- Adivino, ganaste la partida de ajedrez.

-No -negó Violett- Al contrario, perdí.

La otra la miró extrañada- No entiendo... ¿sonríes porque perdiste?

La de gafas asintió- No perdí cualquier partida -dijo calmadamente.

-¿Fue una partida sin importancia? -cuestionó la pálida.

-El juego sí -admitió Violett y luego se quedó en silencio.

Unos segundos después volvió a hablar.

-El juego no me importó en ese momento... en cambio... tuve un contrincante que valió esa pérdida -dijo sonriendo.

Oh no... esa sonrisa otra vez era una mala señal.

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Saludos, espero que les haya gustado, no olviden votar y comentar.

Próximamente les contaré la historia de cómo intenté salvar a Violett de caer otra vez en ese patético proceso del amor.

Todavía odio a ese chico, pareciera que hechizó a mi contraparte para que se enamorara de él >:\

Hasta luego *desaparece en medio de las llamas*.

Ultraviolenta🔥

Ultravíolenta: Relatos del OrigenWhere stories live. Discover now