Verano-Otoño

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4 estaciones

Verano—Otoño



Un día tan aburrido como aquel, Harry no tenía nada en su lista más que descansar su cuerpo de la larga semana. Domingo por la tarde, jóvenes de su edad lo utilizaban para salir o descansar.

Su celular captaba toda su atención, revisando perfiles o publicaciones recientes. Entrando al perfil de una antigua compañera, de un trabajo de medio tiempo, se encontró con el perfil de aquel atractivo chico que aparecía en varias fotografías sonriendo y haciendo todo tipo de poses atractivas, le dio me gusta a varias fotografías antes de ingresar al perfil.

Draco Malfoy, era el nombre que aparecía sobre fotografía de portada. Le envió una solicitud de amistad y volvió al perfil anterior, ya que la cuenta era privada y no podía ver mucho. Pasaron varios minutos en los que miro videos y publicaciones recientes de diferentes paginas, hasta le llego la notificación de que su solicitud fue aceptada.

Volvió a ingresar al perfil del chico y comenzó a revisarlo sin reprimirse a darle "me gusta" a cada fotografía subida por el chico. En las fotos, se podía ver al atractivo chico de piel clara con diferentes colores en el cabello y una pequeña variedad de cortes, era lo único que variaba de foto en foto, ya que los ojos continuaban siendo de un impresionante gris, por lo que Harry asumió que era el color real. También, los labios finos de un rosa suave y delicado, debido a su clara tez de piel. Pocas fotografías eran de cuerpo entero y se lo veía tan delgado como alto, si Harry lo juzgaba por sus largas piernas. Poseía una barbilla fina y alargada que se extendía unos pocos centímetros más cuando sonreía. Tanto delicado como masculino se veía el chico, el tipo ideal de Harry desde el momento que se descubrió teniendo una erección por su primer amor a los catorce años, cuando acepto plenamente su sexualidad y que los besos que se había dado con su amigo a los siete años no era solo un juego, sino una experiencia de descubrimiento. Claro, que nada quitaba del asunto que había sido tan idiota como para darle sus primeros besos a su amigo y tener su primera experiencia sexual con el hermano de este, siendo que con ambos sabia sobre la completa heterosexualidad que predicaban.

Ahora, con veinte años de edad, solo saludaba de lejos al combo de hermanos con bellísimas novias, dejando a un lado y olvidados sus primeros pasos en lo que podía llamarse primeros acercamientos íntimos con otras personas.

No pasaron muchos minutos, para que le llegara un mensaje haciendo aparecer la pequeña burbuja con la foto del chico en la pantalla de su celular.

Hola.

Hola, ¿Cómo estás?

Bien, ¿tu?


Harry detestaba la primera charla de cortesía antes de romper el hielo, pero era el protocolo y lo continuo.

Bien, ¿Qué haces?

Nada realmente, ¿tu?

Dándole me gusta a tus fotografías.

Si, lo he notado, me has llenado de notificaciones.

¿Prefieres que deje de hacerlo?

Por dios, no. Un me gusta más en cada foto dispara mi populariza en las redes sociales.

Que ego...

Creación de un tipo llamado, Harry que esta acosando mi perfil.

Un tipo sincero, que dijo realmente lo que estaba haciendo y no contesto un "nada realmente", seré más sincero al decir que suena patético.

Me agradas. Bien te diré... estoy oliendo el asqueroso sudor de la axila de un desconocido.

Debes disfrutarlo.

Huele horrible.

¿Y por qué lo haces?

Porque quiero llegar a casa y el autobús está lleno, por si eso fuera, poco la temperatura parece subir el día de hoy.

Y para nombrarte ganador, tienes al tipo raro acosándote.

Sé quién eres.

¿A si?

Antiguo compañero de trabajo de mi mejor amiga, le he preguntado antes de aceptarte, dijo "Harry es un chico extraño, pero bueno y gracioso", ¿debo creerle?

Totalmente, es una chica tan inteligente, con palabras tan acertadas.

Genial, porque me dijo que lucias como un adorable bebe cuando te sonrojabas, le creeré sin dejar lugar a duda.

Bueno, realmente, yo no lo tomaría tan a pecho.

¿Qué quieres tomar el pecho? Bebe, debes ir a buscar a tu chica.


Si, bien, contestare tu curiosa indirecta, no soy hetero.

No era una indirecta.

Ni tú te lo crees.

Yo si me lo creo, ya sabía que no lo eras. Acabo de ver la fotografía en la que te besas con ese chico.

¿Qué chico?

Tienes novio.

Claro que no. Esa foto, a la que le acabas de dar me gusta, es con un compañero de clases, por una apuesta, hace muchos años, creo que tenia 17.

Bien, ahora si has contestado una indirecta de la que ni te has percatado.

Pero la acabas de confesar, el olor de esas axilas te ha dañado la parte del cerebro que se encarga de coquetear.

¿Eso quiere decir que automáticamente nos quedamos en la zona de amistad?

Lamentablemente, por esas axilas.


Es una lástima, los bebes adorables son mi estilo.

Es una lástima, los pálidos antipáticos son el mío.

Repito, me agradas.

Y poco a poco trascurrieron los días, entre triviales conversaciones y chistes que al menos una sonrisa al día les robaba.

Una tarde, ya habiendo pasado más de una semana de conversar y con leves sugerencia sobre encontrarse, Draco tuvo una curiosa propuesta a la que Harry no podía negarse. Cortando a la mitad una absurdo conversación/discusión sobre frutas y cebollas Draco envió:

Harry, estamos algo locos y me siento un tanto raro ahora... ¿crees que sería buena idea vernos en personas? Porque para serte sincero, no creo que sea lo mejor a nuestro caso.

¿Qué quieres decir?

Que nos mantengamos virtuales.

Es imposible, vivimos en la misma ciudad.

Me explicare: Propongo que nos mantengamos conociéndonos así y si un día surge que te veo en las calles o viceversa, nos saludamos, y será el momento de conocernos, pero solo si se da de esa manera.

Apuesto a que en menos de una semana te veré, ya verás.

Harry perdió aquella apuesta y como pago tuvo que describir con detalles su primera experiencia sexual, más explícitamente, los momentos vergonzosos de ella.

Bebe, pasaremos aquí juntos, en esta ventana de chat, el verano e invierno.

Sí, claro, como no. Pronto te encontrare, la ciudad me ayudara.

Las semanas trascurrieron y con ellas los meses, llevándose a su lado al verano, dejándole el paso al otoño.

Una amistad se formo entre ellos, la cual se fortaleció a través de pequeñas narraciones de sus días a días, de sus pensamientos y un tanto de sus emociones ante esas situaciones vividas.

Harry comenzaba a comprender la importancia que le estaba dando a aquel chico y lo confortable que se sentía llegar de un buen o mal día y aun así tenerlo ahí para desahogarse, robar una sonrisa o viceversa.

Conocía a Draco, aunque no lo haya visto en persona, lo conocía. Sabia de su gusto por la moda, su desagrado a lo dulce, su libro y película favorita. Era consciente de que situaciones lo hacían feliz y cuales le entristecían.

En cierto punto, sabía que debería sentirse temeroso de que aquel sujeto sepa tanto de su vida, porque sabía de el chico, lo que este sabia de Harry. No se había puesto trabas a la hora de narrar y confesar secretos propios a diestra y siniestra con el chico, aquella ventana de chat parecía más un diario íntimo Harry/Draco que lo que era realmente, una ventana de chat.

Por lo contrario, se sentía confortado, en paz, porque era comprendido y cada detalle que escribiera allí solo producía que sea aun mas abrazado por la calma que creaba la comprensión.

Le dieron juntos la bienvenida al otoño, a través de aquella ventana de chat que recibía y albergaba las fotografías de caminos, calles de la ciudad donde ambos vivían, coloreadas de amarrillo, marrón y verde vida de los arboles dejando caer sus hojas al dormir.

4 estacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora