ᴀʟᴡᴀʏs ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ - Hope Mikaelson

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ғɪɴᴀʟ: sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴛᴇ ᴀᴍᴀʀᴇ́

Este capítulo es definitivamente muy diferente a los demás y es porque se los debía. Cabe mencionar que jamás en mi vida había escrito algo así y la verdad no sé como quedó, así que espero que sean flexibles conmigo por esa razón. Les agradecería que por medio de los comentarios me hicieran saber si les gustó y también si no, de esa manera me esforzaré para mejorar.

Y bien, hasta aquí mi reporte Joaquín.

Espero que lo disfruten.

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Cᴏɴᴛɪɴᴜᴀᴄɪᴏ́ɴ

Mis ojos fijos en los suyos y mis manos sosteniendo las suyas, esa era nuestra posición desde que habíamos llegado hasta mi habitación. Mi cuerpo estaba exhausto, no había dormido bien en la última semana y ahora mismo me pedía descanso. Sin embargo, las corrientes eléctricas que su toque enviaba por mi piel lograron encender una chispa en mi cuerpo.

La deseaba. La deseaba muchísimo, pero no sabía si ella estaba lista para entregarse a mí todavía. Aunque quería preguntarle, me pareció inapropiado.

Me aclaré la garganta, un tanto nerviosa, ella miró nuestras manos entrelazadas y apretó las mías. Levantó la mirada, se acercó a mí poco a poco y la vi mirarme continuamente los labios alternando hacia mis ojos de vez en cuando.

—quiero hacerlo, Hope. —susurró muy cerca de mi rostro sin quitar la mirada de mis labios.

Dejé salir un suspiro cargado de nerviosismo. Estaba temblando y esperaba que ella no lo notara pero fue inútil.

—no tiene que ser hoy si no estás lista. —ella dijo alejándose para dejarme respirar.

Parpadeé unas cuantas veces y fruncí el ceño.

Un arranque de valentía, que no supe de dónde salió, provocó que tomara su mano y negara con la cabeza.

—no, Josie. Pensé que tú no querrías hacerlo aún, por eso es que estoy así. Lo siento, no quiero que estés insegura. —posé la palma de mi mano en su mejilla y la acaricié suavemente con mi pulgar haciendo círculos en su piel. Ella pareció relajarse ante mí toque y se apoyó en él.

—entonces, ¿qué esperas?

Solté el aire de mis pulmones que no sabía estaba conteniendo. Tragué grueso y asentí rápidamente tomándola de la mano y tirando de ella hacia mí habitación.

El cuarto estaba completamente oscuro salvo por un halo de luz de luna que se colaba entre las cortinas de la ventana. Cerré la puerta después que Josie entró. Me armé de suficiente valor y la acorralé con la espalda en la pared poniendo mis manos a cada costado de su cuerpo.

Josie me miró un momento antes de tomar mis labios con los suyos, succionando con fervor mi labio inferior intentando tener más de él. Jadeé cuando su lengua pidió permiso para entrar y la dejé. Jamás me habían besado de aquella forma tan pasional y necesitada como Josie lo hacía en ese preciso momento. Jadeamos separándonos del beso en busca de aire. Podía sentir su aliento contra mi barbilla justo antes que ella dejara un beso justo allí y luego subiera hasta mis labios de nuevo.

Mis manos, que hasta el momento se habían mantenido quietas, tomaron valor y, procurando no cometer un error, se posaron en la pequeña cintura de Josie. La empujé más a la pared pegándome yo a ella para sentirla más cerca y mi rodilla fue estratégicamente posicionada entre sus piernas para mayor fricción.

Ella había tomado mi rostro entre sus manos para no despegar nuestros labios.

Decidí que había sido suficiente de mi timidez hasta ahora y terminé el beso ignorando el jadeo de Josie en negativa a la acción, llevando mis labios a la piel descubierta de su cuello lamiendo y succionando cada parte a la que podía llegar. Ella tomó a moños mi cabello jalando suavemente y apretándome contra ella, lo que tomé como algo positivo. Subí hasta el lóbulo de la oreja y lo mordí provocando un leve grito de Josie que rápidamente se convirtió en un nuevo gemido.