CAPITULO II

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- REENCUENTROS (IN)DESEADOS -

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- REENCUENTROS (IN)DESEADOS -

Hedda no estaba acostumbrada a dormir hasta tarde, tampoco había necesidad en que su madre entrara a su habitación todas las mañanas para que su día comenzará.

Antes incluso de que Lily Potter terminará de preparar el desayuno, la pequeña Potter ya estaba en la cocina haciéndole compañía a su madre o ayudándola en tareas fáciles.

Ese día fue igual, bajo hasta la planta baja y se encontró a la mayoría de los adultos que vivían temporalmente en el inmueble, pero con la diferencia que ahí estaba Frank y Alice Longbottom junto a su hijo Neville, el cual cursaba el mismo curso que los mellizos y era un Gryffindor.

- Buenos días - saludo Hedda hacia todos y se acerco a James para dejar un beso en la mejilla de el.

- ¿Cómo dormiste? ¿Aún quieres ir a casa? - preguntó James.

- Bien, y si quiero volver a casa - respondió Hedda mientras se sentaba a un lado de su padre. - ¿Quienes vendrán de Bulgaria?

Hedda, apesar de no ser tan entrometida cómo Harry, era demasiado curiosa y siempre trataba de no sobrepasar los límites que se imponían.

- Realmente, no lo sé - decía James. - Sirius, Remus y yo tratamos de pensar, pero simplemente no lo logramos.

Hedda asintió. - Supongo que no tardan en...

En ese momento se escuchó el sonido de la puerta principal ser abierta acompañado de varias pisadas y las voces, definitivamente los búlgaros habían llegado.

Hedda se levantó junto a su padre y después se les unió Sirius, así que los tres se encaminaron hasta el vestíbulo.

Al llegar ahí lograron escuchar lo que decía una de esas personas.

- ¿Dónde se supone que practicare el tiro con arco? - decía una chica. - ¿Si le doy al cuadro de la anciana ganó cien puntos?

Hedda sonrió, estaba segura que cien puntos eran muy pocos para la desagradable madre de Sirius Black.

- Milán - se escuchó una segunda voz y fue cuando Sirius se puso rígido, podrán pasar los años pero esa voz siempre la tendría presente y era imposible que no la reconociera.

Hedda por fin miro a las nuevas personas y podría decir que era una familia completa. Había una mujer de cabello negro y ojos grises, tenía un porte elegante. Junto a ella iba un hombre rubio con barba cerrada y ahí, también iban dos chicas.

Una de ellas tenía cabello castaño oscuro, sus ojos avellana y en su mano cargaba su arco mientras en la espalda colgaban las flechas, también, una chica de cabello rubio oscuro, ojos azules y tenía la expresión de querer estar en cualquier otro lugar.

Las cuatro personas se detuvieron al verlos, definitivamente Hedda no pensó que aquella atmósfera de incomodidad se instalaría en aquel lugar.

- Maia Rosier - decía Sirius Black mientras veía a la mujer. - ¡Por Merlin!

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