Lisa creció sin saber qué era una princesa, quedando totalmente enamorada del guerrero JungKook y él de él.
Ella creó, inició y terminó la Conquista de Sangre y Fuego. Se supone que había echo algo malo, ¿por qué se sentía tan bien y mal a vez?
Todo...
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Lisa abrió su sus labios suavemente, tomándose un momento para analizar la palabras de su padre.
Rhaegal podía ser tranquilo, pero era observador y preferiría hablar de ése tema con Lisa personalmente, si algún día alguien los veía en una en alguna pose comprometedora, podía arruinar toda la sucesión de Lisa hacia al trono.
Conocía la fama de mujeriego de JungKook y él mismo lo había tenido que ver borracho rodeado de prostitutas, sin ningún tipo de preocupación y solo preocupándose en verle el culo a las mujeres. Por algún motivo, JungKook siempre ha tenido algo que le gusta a las mujeres, desde su físico hasta su personalidad era sumamente atractivo. Aunque JungKook aparentemente se mostrará más tranquilo y aparentemente dejará de pensar con la polla, aún así le preocupaba que su hija allá caído en sus brazos.
Porque Lalisa también era una mujer de belleza indescriptible, pareciera como si su mujer hubiera dado a luz un ángel. Esos ojos expresivos que podían ser la cosa más hermosa y tenebrosa que cualquier podría ver. Tenía un parecido increíble y características a sus antepasados, más que cualquier pariente de ella vivo, pero no solo mantenía el físico, esa personalidad fuerte que podía ver en ella.
Había visto crecer a uno y a la otra la había visto después de que había crecido, era como si todo estuviera balanceado o así debería de pasar.
— No sé de qué hablas, Sir JungKook es mi protector y por eso paso mucho tiempo con él.
Para ella era jodido, no le gustaba negar a JungKook, no le gustaba, incluso podía llegar a sentir culpa, pero así debían ser las cosas por el bien de ella, porque a él no el pasaría nada ni lo juzgarían.
Amaba estar con ése pelinegro, podía ser ella y hacer lo que quería, decir lo más descabellado e inocente hasta lo más cruel, pero él nunca apartaba sus ojos de ella ni la dejaba de tocar, besar y estar a su lado. Todo con él era diferente, para ella era bueno y malo a la vez, tenía encariñarse mucho con él aunque ya se encontraba perdida.
— He visto como se miran, Lalisa, no soy ningún tonto que nació ayer, así que si tienen algo me gustaría que me lo dijeras ahora.
¿Cómo le diría a su padre que ya no era pura y se estaba acostando con el hombre que estaba ahí para cuidarla? No había forma, al menos podría mentir bien.
A Rhaegal le parecía obvio todas esas miradas de Lalisa con JungKook, aún así nadie más parecía darse cuenta y era un alivio. Quizá solo prestaba mucha mas atención porque era su padre.
— Padre, entre él y yo no hay ningún tipo de relación, ¿acaso alguien te dijo algo? Deberías cortarle la lengua por mentiroso.
Quizo reír de solo ver a su padre así de serio porque nunca lo estaba, pero era un tema serio y muy en el fondo se encontraba nerviosa.
