7.

463 65 7
                                    

- Ese maldito bastardo... - Dijo entre dientes aquel hombre alto y corpulento.

- ¡Señor Wang! -  Llamó el chico - Venga a ver esto -

El hombre alto se dispuso a caminar hacia el lugar de aquella habitación donde estaba siendo solicitado. Llegó y se encontró con una sorpresa.

- ¿Qué es todo esto? - Preguntó extrañado.

- Al parecer es la máquina en la que estuvimos trabajando pero se dejó el proyecto - Dijo el chico examinando los escombros de aquella máquina extraña.

- ¿Hablas del proyecto "X"? -

- Así es señor, el proyecto que el profesor Manoban abandonó porque según él, "no tenía futuro" - Hizo una mueca.

- Ese hijo de... - Frotó sus manos en su cara en forma de frustración - ¿Dónde está ahora ese infeliz? - Preguntó enojado.

- No lo sabemos señor, lo que si sabemos es que está máquina fue utilizada en su máxima potencia, la radiación que este lugar tiene ahora es bastante alta, es por eso que debemos usar estos trajes - Señaló los cuerpos de todos - Me temo que el señor Manoban hizo algo aquí -

- ¿Qué quieres decir? - Miró con intriga al chico.

- No lo sé, solo digo que tal vez el profesor Manoban utilizó esta máquina para lo que estaba destinada... Traer de vuelta a la vida a alguien muerto, pero... Tal vez le salió mal - Explicó.

- ¿Quieres decir que hay un pequeño monstruo suelto por ahí? - Se acercó al chico, poniéndose de cuclillas.

- Tal vez señor, solo digo que esta máquina puede hacer cosas increíbles, la radiación hace mutaciones en el cuerpo, tal vez la persona que estuvo en esa plancha, resistió o tal vez no, no lo sabemos, lo que si estoy seguro, es que si resistió, tenemos un cerebro muy inteligente allá afuera, que puede hacer demasiadas cosas, tanto buenas, cómo malas y cosas que no entendemos - Dijo firme.

El señor Wang se levantó y caminó, puso sus manos detrás de su espalda y pensó antes de hablar.

- quiero que encuentren al profesor Manoban y lo obliguen a hablar, estamos hablando de miles de dólares en avances científicos, encuentrenlo, lo quiero vivo - Se dio la vuelta y miro a sus empleados, quién le ponían toda la atención posible - ¿Entendieron? -

- ¡Si señor! - Gritaron al unísono.

🚬

Era una tarde común, Jennie revisaba su teléfono cada segundo, esperando algún mensaje de texto de Lisa... Pero no había nada.
Su preocupación de que Lisa no la quisiera más en su vida por ese beso, la invadió, odiaba ser tan impulsiva.

Así que esa tarde, tomó su sudadera, sus llaves y salió de su casa, dispuesta a ir al escondite donde los Manoban se estaban quedando.

Tomó el primer bus que vió pasar y subió, observaba las gotas de agua caer en la ventanilla del bus, preocupada y angustiada de perder a la única chica que la hacía sentir bien, a la única que logró sacarle una sonrisa después de la muerte de su padre.

November rain sonaba en sus audífonos, mientras el ruido de la lluvia cayendo en el techo de el vehículo lograba colarse por sus oídos, fue entonces cuando vió esas piernas largas caminar bajo la lluvia, casi arrastrandose. Abrió los ojos como platos al ver de quién se trataba, entonces se dispuso a levantarse del asiento y dirigirse a dónde el conductor para decirle que la bajara ahí.

- Disculpe, déjeme bajar - Se apresuró a decir Jennie.

- Lo siento señorita, no puedo dejarla aquí, debe esperar hasta la parada - Dijo con calma aquel hombre.

- No, por favor debo bajar aquí - Su tono fue más fuerte esta vez.

- Si quiere que la dejen en un lugar específico, hubiera tomado un taxi - Contestó el hombre un poco harto.

Entonces sin alguna duda, Jennie apretó la palanca que abría las puertas del autobús y bajó con rapidez, casi cayéndose debido a la velocidad del autobús.

- ¡¿Está loca?! - Se escuchó el grito asustado del hombre del autobús mientras esté avanzaba.

A Jennie poco le importó así que corriendo, se dispuso a alcanzar a Lisa, quién tenía los audífonos puestos.
La lluvia mojó por completo la ropa de Jennie, quién a duras penas podía ver el camino por dónde caminaba.

- ¡Lisa! - Gritó Jennie.

No recibió respuesta, así que corrió más rápido y cuando llegó a solo unos centímetros de distancia, los sentidos de Lisa se activaron rápidamente y en menos de dos segundos, Jennie estaba en el suelo y Lisa sostenía la muñeca de esta con fuerza, con una intención de romperla.

Cuando Lisa se dio cuenta que era Jennie, rápidamente la ayudó a levantarse.

- ¡Jennie!, ¿Estás bien? - Se apresuró a decir la más alta mientras le ofrecía su mano a Jennie para levantarla.

- S-Si, estoy bien - Dijo con una mueca de dolor en su rostro.

- L-Lo siento, reaccioné al instante, no sabía que eras tú, de verdad lo siento - Se disculpó la menor.

- No te preocupes, estoy bien Lisa - Se dispuso a levantarse con la ayuda de la chica más alta, quién aún se encontraba disculpándose en voz baja.

Cuando ambas retomaron la compostura, se quedaron viendo unos cuantos segundos el rostro de la otra, tratando de iniciar una conversación. Al final, Jennie fue quien cedió y habló para romper la tención que empezaba a formarse entre ambas.

- No... Respondiste mis llamadas - Habló en cierto tono melancólico la más pequeña de estatura.

Lisa pensó por unos segundos, técnicamente Jennie tenía razón, no había contestado ni sus llamadas, ni mucho menos sus mensajes después de lo que pasó aquel día. Si bien tenía razón, a Lisa le tomó por sorpresa aquello, pues nunca se esperó que eso pasaría, su vida estaba cambiando tanto, que ni siquiera podía reconocer su vieja versión, necesitaba un respiro de todo lo que le estaba ocurriendo, así que tenía una buena excusa para decirle a Jennie, o simplemente aceptar la verdad y decirle que estaba aterrada, que la presencia de la coreana la abrumaba tanto, que se ponía nerviosa al ver sus labios, que simplemente Jennie le gustaba de pies a cabeza y aceptarlo le daba pánico.
Optó por poner excusas.

- Tenía muchas cosas en la cabeza - Contestó sin más.

- Oh... Ya veo... - Dijo la coreana con cierto toque de tristeza en su voz - Entonces lo del otro día... Quiero disculparme , no pensé en las consecuencias ni en lo que hacía, tal vez te incomodó lo que hice, lo siento - Se disculpó la chica de ojos gatunos.

- No te disculpes, está bien Jennie... - Tomó una pausa para continuar, pues lo que iba a decir le causaría un paro cardíaco - Lo disfruté - Dijo al fin.

En ese momento, Jennie dejó de jugar con sus dedos y mirar hacia abajo, para mirar a los ojos a la chica que acababa de hacer que su corazón diera un buen brinco.

- ¿L-Lo dices en serio? - Preguntó confundida e impactada.

- Lo digo totalmente en serio - Aseguró con firmeza.

Entonces Jennie, no supo de dónde pero sacó las fuerzas necesarias de su interior para acercarse a Lisa, a pasos lentos, con esos ojos felinos, fina y segura de si misma. Cuando ambas ya podían sentir sus alientos chocar, la coreana decidió hablar.

- Entonces... ¿Deberíamos repetirlo? - Alzó una ceja y dijo sus palabras con un tono seductor.

Lisa sintió que su alma salió de su cuerpo en ese momento.


night girl [JENLISA]Where stories live. Discover now