unkept secrets, leandro paredes.

ix. "memorias"

12 de Mayo, 2014.

—Lean, vení. Sentate con nosotros.—exclamó el hombre de tez oscura, señalando a un grupo grande de personas que charlaban de forma amistosa.

Estaban festejando el cumpleaños número 15 de la sobrina de uno de sus amigos, Federico y no podía no estar más alejado de todos. Ya que sólo conocía a la familia de la cumpleañera, por lo que, estuvo solo la mayoría de la noche. No solía ser muy sociable y le costaba muchísimo cuando se trataba de hacer nuevos amigos. De hecho, conocía de vista al grupo grande en el que Federico pertenecía. Había jugado varios partidos con ellos pero no tuvo la oportunidad de formar parte del grupo. No hasta que ella apareció.

— Buenas.—sonrió tímido el morocho, sentándose al lado del chico que lo había invitado. Eran aproximadamente 12 personas; 7 hombres y 5 mujeres. Contándose a él mismo, claramente.

— ¿De dónde te conozco?—cuestionó una chica rubia, sentada sobre las piernas de uno de los mejores amigos de Federico.

— Soy jugador de Boca. —respondió, inconscientemente.— Era, perdón. —corregió, sintiendo que en ese momento era el centro de atención.

Antes de que pudieran preguntarle algo más, llevó la botella de cerveza a su boca y terminó todo el líquido para poder descartar el vidrio de sus manos.

— Es un genio. No sabés lo que sufríamos cuando Fede lo traía a jugar a la pelota con nosotros.—exclamó uno de los chicos, mirando a su novia.

Automáticamente, los 7 hombres allí presentes se rieron con nostalgia. Las demás, se dedicaron a sonreír sin mucho recuerdo.

— ¿Te acordás cuando metió el gol ese de chilena? Mamá, lo que fue eso. —acotó otro, centrando la conversación solamente en los hombres.

— ¿Y cuando cabeceó desde la otra punta de la cancha?

— Bueno, otra vez hablando de fútbol.—se quejó la más joven del grupo, llamando por encima de todas las voces, la atención de Leandro.

— Mejor vamos a bailar con la nena de Fede.—la chica rubia que anteriormente había hablado con el oji-azul, se levantó y caminó a la pista de baile, siendo seguida por sus amigas.

Paredes solo se dedicó a escuchar apenas un poco la conversación que estaban teniendo los muchachos pero, mentía si decía que estaba concentrado en cada palabra que ellos emitían. Estaba perdido en las luces de colores de la fiesta. Estaba perdido por la forma en la que esa morocha bailaba con tan poca dificultad, luciendo ese vestido tan precioso que solamente a ella podía quedarle tan perfecto.

Estaba hipnotizado y por mucho que quisiera seguir pasando desapercibido, ella notó esa fija mirada.

Al principio la joven no supo que hacer y se avergonzó muchísimo, quedándose casi quieta en su lugar. Pasó una canción entera hasta que una de sus amigas se dió cuenta de la repentina vergüenza de su compañera y sin más, se acercó a ella y muy por lo bajo, acotó.

— El bostero ese te está mirando con un hambre. —sonrió, alejándose de su amiga y ocasionando que por primera vez en la noche, ella se interesara en Paredes.

— ¿Qué decís, Lara?

— Anda, háblale. O sonreí  para que active un poco.—le guiñó un ojo, empujando el cuerpo de la chica hacía dónde estaban todos sus amigos y él.