Las cochoaventuras de Dante Ayanami

Dagón

Su boca se abrió, permitiendo qué qué dientes fueran apenas visible con la tenue luz de la luna, que a su vez aracibia las escamas de aquel ente haciéndolo notar como un gigante.

Dagón, él dios de los mares.

El castaño no pudo hacer más apretar su dientes, era fuerte, no sé dudaba. Sin embargo por culpa del agua bendita qué fue forzado a ingerir. No era más que un robusto espadachín, y al no depender tanto de su lado cósmico era justo decir que su control era nulo.

—*¡La puta madre!. ¡Con Lein fuera del juego y sin mis poderes ese desgraciado es un dolor de Pelotas!*.

—Red. ¿Cuánto tiempo necesita Alice para romper el sello arcano?.

Claro, la sorpresa se pinto en su rostro. Conocía muy bien a su colega, solo con verse a los ojos pudo intender la intención del pelirrojo.

—Negro, vos a penas podes usar el poder de Cthulhu por 30 segundos. Y encima en esa forma.

—¿Tienes una mejor idea?.

Un gruñido escapó de sus labios, soltando un suspiro, se resigno a lo que venía. Daba igual cuanto lo intente, nunca cambiará de idea.

Sin decir nada solo se limitó a tomar el libro. Recibiendo una indicación de su aliado.

—Lo retrasare tanto como pueda. Si a distancia no puedo, tendré que pasar al plan B. Nos veremos Red.

—Te diría que te cuidate. Pero sos el jodido Dante, vos siempre vuelves. Aún no entiendo como.

—Por el bien del guión.

—Eso tiene sentido para mi.

Risilla, siendo la única respuesta. Entre el silencio qué se intervino después.

La bestia seguía destruyendo todo. Debe destruirlos, solo así el verdadero sacerdote de R'leyh se haría presente.

—...

Con un poco de magia consiguió el punto perfecto para dar el golpe psíquico. No siendo más que una insignificante brisa para el hijo del dormido.

—¡¡¡SOY TU CITA PARA EL BAILE, SACO DE MIERDA!!!.

La criatura se abalanzó sobre el chico. Dejándolo como una insignificante hormiga qué debía aplastar.

Sin embargo al conectar el golpe sintió como chocaba con algo, no obstante resto importancia. Después de todo. ¿Por qué debería preocuparse por una hormiga?.

Dante a duras apenas consiguió esquivar el golpe.

—*¡No mames!*.

A duras penas logro evadir el golpe. Limitándose a ver como sus manos temblaban.

No conseguía entenderlo, hace tanto tiempo que no lo sentía. Pero siempre estuvo ahí.

El más primitivo de los sentimientos. El miedo.

Sin embargo. Con la luz de la luna. Noto como la sombra se hizo más grande, logrando esquivar el golpe con un salto.

Oportunidad sin desperdicio.

Chocando brutalmente con las rocas. Con gran esfuerzo intento levantarse del suelo.

—*Solo factor curativo... pero uno muy lento, mierda... debo romper el sello arcano qué me dieron, solo así tendré acceso a todo mi poder*.

Cada maldito músculo le gritaba el dolor que sentía. Batallando solo por levantarse del miserable suelo aferrándose a la pared cual animal callejero aferrándose a lo poco comestible qué encontró en la basura.