Capítulo 10

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Con el nuevo destino fijado y todo el Fairy Tail trabajando en ello, Natsu y Lucy volvían junto al timón. La rubia llevaba siempre su sombrero de pluma verde a todas partes, cosa que alegraba al capitán. Por alguna curiosa razón, le gustaba verla con él puesto. Toda una pirata.

Ella se había hecho dueña y señora del catalejo, el que usaba cada dos por tres, nerviosa.

- Estamos solos en todo el mar que nos rodea. Será fácil ver un punto en el horizonte.

Lucy recogió el catalejo y lo guardó en su cinturón un momento.

- Me parece increíble que vayamos tras su pista - se quedó pensativa mirando el horizonte - Sin embargo, aunque estemos cerca, me parece muy lejos.

- No sabemos cuántos días nos lleva de ventaja. Ni siquiera sabemos cuándo pasó por la taberna. Lo importante es que conocemos a dónde van. Ya nos veremos las caras antes o después.

Y de pronto la voz del vigía se alzó entre el sonido de las olas gritando a pleno pulmón.

- ¡Barco a la vista!

El corazón de Lucy empezó a latir con fuerza. Sin resistir de nuevo el impulso, echó mano del catalejo para enfocar al horizonte donde señalaba el vigía.

- ¡Están ahí! - gritó Lucy con emoción nada contenida.

- Pues va a ser más pronto que tarde - bromeó el capitán.

Natsu sujetó el timón con determinación y se ajustó el sombrero a la cabeza.

- ¡Chicos! - todos lo miraron rápidamente - ¿Preparados para ir a toda vela?

- ¡Si, mi capitán! - gritaron al unísono.

- ¡Pues manos a la obra!


Y con esa señal del capitán, todos salieron raudos y veloces en busca de los cuerdas que controlaban las velas. Primero desplegaron las tres velas del palo mayor, las más grandes. Tras ellas, la vela de mesana y sobremesana ondeaba al viento a la sombra del palo mayor. Con ayuda de todos los marineros, no tardaron en extender totalmente el velamen del barco.

Mientras Natsu controlaba el rumbo con una Lucy muy nerviosa mirando por la baranda del barco, un marinero se acercó a él.

- Ya tenemos preparados los artefactos con la munición que compramos en Mosaico, capitán. Con este explosivo, todo saltará por los aires en cuanto se queme la mecha - el hombre señaló la cuerda un tanto más larga de lo convencional - Cuanto más larga, más tiempo para irnos.

- Fantástico, coméntaselo a Lucy

El marinero se detuvo un momento junto a la joven rubia para comentarle lo mismo que a su capitán. Ella asintió, nerviosa pero muy conforme con el resultado.


El Fairy Tail volaba sobre el mar a toda vela con viento a favor. De la misma forma, sus marineros se movían veloces en cubierta preparándolo todo para el abordaje.

Lucy no paraba de dar vueltas en el castillo de popa. Natsu, al timón, estaba al borde de la risa floja. Cosa que no reprimió al ver a Lucy usar por vez número mil el catalejo. Ella se volvió ante el sonido de su risa.

- ¿Qué te hace gracia?

- Tú - dijo con una sonrisa en la cara. Lucy le arqueó una ceja con expresión divertida.

El capitán dejó un momento el timón, con el rumbo marcado, para acercarse a Lucy y abrazarla brevemente. Depositó un beso en su frente antes de apartarse para mirar sus ojos marrones.

El Corsario del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora