¿Ahora me Necesitas? [2]

Capitulo 9

Amber.

Ultimamente ando nerviosa, no puedo dormir bien por las noches, el pasado me persigue robandome el sueño, hable con Ari me contó que no aguanta a veces al escandaloso de Ashack, pero aunque no le diga a él que le encanta la atención que le da, me lo confesó a mi.

Es obvio que los dos están locos uno por el otro, es cuestión que mi amiga deje de lado el orgullo para permitirse ser amada realmente como siempre soñó.

Esta mañana me desperté mas temprano, como si en un parpadeo ubiece dormido y ya, ahora que estoy llegando a Kinessio no se si bañarme en cafe o qué, por que siento mucho sueño, la aparición del inombrable desencadeno cierto estres en mi vida que justo ahora no necesito.

Las cosas con Dave no van nada bien, me digne a hablarle anoche y decirle lo idiota que habia sido su amigo, a lo que me contestó que era una maleducada por hablarle así a su mejor amigo, en pocas palabras lo mande a la mierda para terminar cortando la llamada dejandolo hablando solo.

Ni el, ni su amigo me van a pisotear, ya me estoy arrepintiendo de haberle dado una oportunidad, luego me llego un mensaje extraño de un numero que no tengo registrado, pero supongo que no era para mi y lo deje estar.

Llego al local Kinessio, luego de estacionar a Rogelio le doy un beso y bajo del auto para entrar al local con cuatro cafes en una bandejita.

—Buenos dias Jefecita.—me recibe Di con una sonrisa radiante y una cajita de magdalenas rellenas, sigo así y terminare rodando— voy a terminar rodando corazón como siga comiendo así.

—Eso es un puto eufemismo cielo, estas que desapareces en cualquier momento necesitas comer bien.—probablemente tenga un poco de razón, hace años que no como bien, mi medico me advirtió que comience a ingerir mas calorias por que estoy un poco bajo peso, pero no puedo evitarlo.

—Como todo el tiempo, mi cuerpo es asi.—me mira levantando una ceja, probablemente sabiendo mi mentira.—¿Que?

—Ese cuento de la genetica se lo podes inventar a cualquier jodido idiota que no te conozca, pero para tu desgracia mua, osea yo te conozco como si te ubiera cagado mi cielo.— suelto una carcajada que provoca otra en ella.

Suelto un suspiro.

—Hace cinco años comencé con este desorden en mi conducta alimenticia, jamás lo hablé con alguien.

—No me digas que fue por culpa de algún hombre.—asiento lentamente.

—Vengo arrastrando con muchas cosas del pasado que me han lastimado y marcado, pero la perdida de las cosas que mas amaba me jodio y ondo.

—Cuando te sientas lista de contarme todo por lo que pasaste estare aqui para escucharte corazón.—Asiento con una sonrisa lagrimosa, para hacer estas confesiones necesito una botella de vino.

—Para cuando suceda vamos a estar en mi casa con una botella de vino bien rico.

—Hecho te tomo la palabra bella, ahora si vamos a nuestros puestos—me pongo en pie le hago un saludo al estilo militar provocando la risa en ella, me dispongo a ir a mi lugar para estar preparada.

No sé cuantos minutos pasan pero cuando siento la puerta del lugar abrirse me pongo en pie y me doy la vuelta, quedo helada en mi lugar.

—Hola Otoño—¿Que carajo?.

—¿Que carajo Frank?—simplemente se contrae de hombros como un simple gesto con una sonrisa radiante.

—Vine a que una hermosa chica con los colores del otoño en la cabeza me atienda un pequeño desgarro en la pantorrilla— levanto una ceja cuestionandole la verdad de sus palabras, me cruzo de brazos para preguntarle.