4. ¿Esperanza?

851 68 6
                                    

El oji café puso sus manos enfrente y Yumeno recargo las suyas en las de él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El oji café puso sus manos enfrente y Yumeno recargo las suyas en las de él. Poe fue quitando los cristales con cuidado.

Ranpo, el cual había ido por un botiquín de emergencias, llegó y le entrego al escritor vendas y cosas para limpiar heridas.
.
.
.

—Te va a arder un poco. —Le advirtió Poe pero el niño no reaccionaba del todo.

—No lo recuerdo muy bien, no quiero recordarlo. Había sangre, mi sangre, poca ropa, no había ropa, mis lágrimas. Llantos llenaban la habitación. Duele, ¡duele! ¡¡¡Duele!!!

Intentaban tranquilizarlo, pero era como si no los escuchara. Dazai le hizo varias torturas ese día, lo rompió y su mente lo intento borrar.

De un momento a otro Ranpo y Poe habían sido lanzados a la pared por una fuerza invisible.

—Tranquilo, yo ya estoy aquí y no volverán a lastimarte. Él ya no está. Estamos juntos y todo está bien. —Chuuya había despertado y abrazo al niño por la espalda.

—Chuuya-San... Gracias. —Se quedó dormido y lo recostó mientras que los rivales guardaban distancia.

—Estos días hemos estado intercambiandonos la cama para dormir. —Solto una risa cansada que desapareció en cuanto dirigió su mirada a la pareja. —¿Qué hacen aquí? ¿Qué le hicieron a Yumeno? Si no me responden en este mismo instante les romperé todos los huesos.

Al peli naranja lo cubria una aura amenazante. Ahora, Poe y Ranpo, entendían que sus enemigos aún le tuvieran tanto miedo a pesar de todo lo que le estaba pasando en realidad.

—Vinimos a encontrar pruebas para detener a Dazai y le preguntamos a Yumeno-Kun. Lamentamos lo ocurrido, no alcanzamos a ver el nivel de gravedad a tiempo. —Se inclinaron en señal de disculpa.

—Detener a Dazai. —Se rio cómo si hubieran contado un chiste. —Es tarde para eso, ya no hay nada más que hacer.

Ranpo se puso sus lentes.

—Entonces, ¿quién te ayudo cuándo te desmayaste hace unos días?

Chuuya se puso tenso.

—El cuarto está arreglado después de todo pero a diferencia de los demás no lo arreglaron tú ni Yumeno-Kun. Te desmayaste hace poco por el cansancio y las heridas, pero no te quedaste ahí porque alguien te ayudo. Te llevo hasta acá y limpio todo, todavía hay personas que los queremos ayudar, así que, ayúdanos a ayudarte.

—En dos días me voy del país, suerte con intentar resolverlo todo. Y esa persona, no la recuerdo, estaba todo borroso como para recordarlo. Además, ¿qué quieren que les diga? No me gustaría perjudicar a Dazai después de todo.

—Te está lastimando.

—¡No me importa! Es, es lo que tengo y así ha sido por mucho tiempo así que estoy bien. Vayanse, vayanse y ayuden a alguien al que en verdad puedan.

TratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora