XXXIII

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Cap. 33: Casados. 

"El sol no brilla para algunos arboles y flores, sino para la alegría de todo el mundo" 

-Henry Ward

El cabello enmarañado de Taehyung era lo único que veía Jungkook sentado en la isla de la cocina

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El cabello enmarañado de Taehyung era lo único que veía Jungkook sentado en la isla de la cocina. 

Todo era diferente de sus mañanas usuales. Taehyung se despertaba encendiendo el reproductor, dejando en alto algún Jazz mañanero. Abría toda sus cortinas dejando que el sol de la mañana iluminara el apartamento. 

Caminaba de acá para allá con sus pies descalzos y esos short cortos que dejaban todo a la vista. Mientras Jungkook se sentaba en el mismo lugar que desde que despertaron, Taehyung rego inclusos sus plantas. 

El sonido de los huevos que Taehyung cocinaba en la cocina e inhalar el aroma de comida era otra cosa de las que no estaba acostumbrado el pelirrojo. 

Aunque Taehyung podía sentir como era observado sigilosamente por los ojos oscuros de Jungkook. Eso le ponía de alguna forma nervioso. Ser el foco de atención, y el de Jungkook era por mucho abrumador. 

Mientras el daba un maso los ojos grandes y brillantes del chico le seguían. 

—Debes estar hambriento. Intentare cocinar rápido. —Le sonrió cuadrado y algo nervioso. 

—Esta bien... —Jungkook quito los ojos avergonzado por la sonrisa ajena. — No puedo cocinar pero dime si te puedo ayudar con algo... 

—Umm... ¿Quieres coger bebidas de la nevera? Estoy con lo que sea que quieras. —Rio Taehyung volviendo a la sartén de los huevos. 

El pelirrojo se puso de pie y camino hasta la nevera bajo la mirada de los ojos verdes de Taehyung. 

La sonrisa se borro cuando miles de pensamientos pasaron por su cabeza como un mar abrazador de anhelos. Si fueran a vivir juntos, supuso Taehyung que así es como se sentiría todos los días. Con la mirada de Jungkook encima y las sonrisas matutinas. 

—Lo siento, no fui capaz de hacer huevos perfectos. —Se disculpo el castaño poniendo los plantos, tostadas, algo de carne y unos platos de arroz. 

El pelirrojo observo todo con la típica mirada indiferente que Taehyung volvía a observar después de un tiempo. El mayor temió de que aquello no fuera suficiente o de lo que fuera a pensar de el. 

—Uh, supongo que los huevos quemados no son realmente atractivos, ¿Eh? —Bromeo nervioso viendo al menor. —¿Debería hacerlos de nuevo? 

La inseguridad de su voz se dejo notar. 

Pero la suave sonrisa real del pelirrojo apareció viendo los platillos sobre la mesa. 

—Este lugar... Se siente como el cielo. 

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