Poco tiempo después de que Aurora lastimara sin querer a su sobrina Felicia ya que no controlaba sus poderes, no solo había tenido que obligarse a alejarse de Felicia, sino también tuvo que llegar a un trato con su padre.
Sebastián: ¿Sellar tu poder? - pregunto incrédulo. - ¿De que diablos estás hablando hija?
Aurora: ¡Lastime a Felicia papá! Necesito controlarlos.
Sebastián: Si, pero no necesitas sellarlos.
Aurora: Mis poderes pueden dañar a otros si no lo están.
Sebastián: - rueda los ojos - Por favor... 2 o 3 matanzas no hacen daño.
Aurora: ¡Papá!
Sebastián: Hija, todos y cada uno de tus hermanos han tenido su primera masacre y genocidio, no te preocupes.
Aurora: Papá, por favor.... No quiero ser una asesina ... Hazlo por mi.
El Primogénito suspiró mientras miraba a su hija que lo observaba con ojos suplicantes, nunca había hecho esa mirada.
Sebastián: ... De acuerdo... Pero es solo hasta que los domines.
Aurora: ¡Gracias Papá!
Sebastián: Pero recuerda siempre quien eres.... Eres la Diosa de la venganza... Tarde o temprano la sangre de los Barbatos se hará presente... Se que fuiste criada por tu hermano humano, pero no eres humana...
La sonrisa de Aurora decayó, no podía negar que su padre tenía razón, pero esperaba que no tuviera que matar a nadie.
Aurora: Soy conciente Padre...
Tiempo después, Aurora obtuvo dos pulseras idénticas, eran un par de enredaderas con piedras que cambiaban de color según su estado de ánimo..
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Nassim: ¡Wow Aurora! No sabía que te gustaba la joyería, es precioso.
Aurora: Es un regalo de mi papá.
Elizabeth: Eh~, brilla mucho para ser de plata, oye, dinos la verdad, ¿Porque te lo regalo?
