Para Morir Existen Mujeres

Bella creación

¿Por qué el verso lleva tu nombre?
Las cálidas manos tuyas,
acurrucan a la noche desnuda,
al desprotegido y a mi corazón.
Sueles ser tan infinita en mí.
¿Eres todo el Edén o mi sueño?

Una aurora reposa en tus ojos
negros, todo lo bello se esconde
en ellos; también el cielo y la luna.
El río cíclico hace ruido con el arpa
del arcángel, aún con el bullicio
tu nombre palpita como eco en mí.

¿Por qué los poemas ruegan por ti?
Incrustas tu rostro en lo imaginario,
en lo cotidiano, en las costumbres
que me declaran amante tuyo.
No hay recurso que te saque de mí.
¿Escapas del cielo o de mis anhelos?

Estás hecha de flores, poesía, oro,
estrella, luz, fuego, sueño y fantasía;
estás recreada con lo más íntimo
de la imperfección divina. Eres vida.
No existe palabra que dimensione
todo el placer que causa tu presencia.

¿Y entonces por qué naces en mí?
Te adentras inquebrantablemente
en mi alma; como daga hambrienta
de sangre, como lluvia que reposa
en los pastos verdes y los mares.
¿Eres el sueño perdido de Dios?

Los espejos se reflejan en tu ser;
haciendo de ti, el reflejo inmortal
que modela constantemente en mí;
encerrándome en un laberinto audaz
que imprime en paredes tu existir
complejo. En todo recorrido estás tú.