Capítulo 22

317 67 9
                                    

Se quedaron en silencio por largo rato antes de que Chenle sonriera divertido.

—Le dije que ya todos tenían pareja menos nosotros —Jeno asintió hacia su amigo—. Y aceptó.

Mark abrazó por los hombros a Renjun y lo acercó a su rostro con una sonrisa burlesca. —Lo siento, Junnie. Lele te ganó.

—Diablos, casi —le sonrió su amigo, mirando a Jeno—. Lástima, Jeno tendrás que ser mi pareja.

—Momento, Lele dijo que ya todos tenían pareja —acusó el peli celeste.

—Pues, ahora sí. Solo faltaban ustedes dos, Renjun fue el primero en tener pareja... para el baile —dijo Haechan, abrazando a Jeno—. ¿Por qué no vamos por algo de comer? No creo que hayas traído tu táper con galletas deliciosas.

—Tienes razón. Anoche no pude preparar nada... estaba ocupado, tú entiendes.

Bajaron al primer piso donde todo estaba hecho un caos. La gente corría de allá para acá con cajas llenas de corazones de papel y otras iban con algunos globos rojos.

—¿Qué está pasando? —preguntó Jeno a su grupo de amigos, estos solo se encogieron de hombros—. Debemos tener cuidado o nos mandarán a ayudar.

Renjun se rio divertido y negó. —No hace mal ayudar un poco, mala persona —sujetó la mano de Jeno—. Vamos, muero de hambre.

Haechan se puso en medio de ambos con la escusa de que Taro no estaba para pasar el rato con él y los demás debían conocerse más antes del baile.

—Nosotros también debemos conocernos, Haechannie —le dijo Renjun, tratando de alejar a su amigo y así seguir con las manos entrelazadas.

—¡Patrañas! A ustedes solo les falta el anillo, esos cuatro de atrás todavía no se dan cuenta de lo tonto que son.

—Tú también lo eres. Todavía no invitas a Taro al baile, ¿qué pasa si alguien te gana?

—¿Conoces a esa persona? —Renjun se encogió de hombros—. ¿Quién es?

Jeno escuchaba todo lo que decían sin incluirse, no tenía idea de lo que hablaban.

—¿Qué dices, Nono? —el rubio miró al más bajito—. ¿Debería decirle que hay alguien detrás de nuestro Taro?

Haechan sujetó a Renjun del cuello de su sudadera, acercándolo a su rostro. Jeno trató de no sentirse mal con esa cercanía.

—¡Cómo dices! —gritó en la cara de Renjun—. ¿Quién es, Huang Renjun?

—Pensé que no te importaba, pero como eres mi amigo te diré que Sungchan ha estado escribiéndose con Taro desde hace un mes.

—No juegues conmigo, hace menos de una hora pensaba que Chenle y él serían algo.

—Eso es todo lo que sé, deberías apresurarte. Ve después de clases y lo besas, gáname —Jeno miró hacia otra parte, tratando de esconder su sonrisa.

Entraron a la cafetería que estaba siendo decorada y fueron utilizados para ayudar con las decoraciones. Jeno miró a Renjun quien se quejaba de vez en cuando por el hambre que tenía.

Qué lindo es, pensó el rubio mientras ayudaba con el pegamento adhesivo.

Ayudaron toda la mañana a pesar de que morían de hambre y cuando todo estuvo listo fueron recompensados con comida, por fin.

Haechan hablaba divertido con algunos chicos de otras clases, así que Renjun se acercó a Jeno y se acomodó en su hombro.

—¿Te molesta si me recuesto sobre ti? —Jeno negó, divertido—. Bueno, ya lo hice, pero no está de más preguntar.

Compañeros de asientoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt