Mi maldito destino [Neji Hyūga y ¿Tú?]

⏳️✨️El destino✨️⏳️

Siempre creí que mi vida era normal, perteneciente a un Clan prestigioso, nunca tuve problema con eso, a pesar de ver como mi padre sufría de esa marca, ese sello maldito, que me fue impuesto cuando tenía 4 años, siendo incluso un niño que solo se preocupaba por ser fuerte para su padre. Dando todo de mí constantemente solo por él.

Él fue mi inspiración, mi mayor ejemplo, aunque siempre me decía "debí haber nacido unos minutos antes que él", sinceramente nunca entendí el porqué de sus palabras.

No hasta ese día.

El día que mi padre murió para salvar al que decía ser mi tío y líder del Clan.

La tristeza que sentí fue inigualable, siempre estuvo conmigo, y de un segundo a otro me lo quitaron sin más, sin piedad.

Y lo descubrí, esa fue la razón de sus palabras, de sus miradas de dolor cuando vio mi frente vendada, cubriendo el sello. Cuando se fue, dejo un gran dolor dentro de mí, tenia un Clan, si, tenia mi "familia", parecia, pero, ¿tenía amor? No me parece.

No había amor, ni siquiera un poco.

Sólo mandatos, después de mandatos.

Entrenamiento, después del entrenamiento.

Me sentí tan vacío y encerrado. En poco tiempo supuse que era un pájaro, quisiera decir que un pájaro libre... sin embargo, no fue así, era un pájaro enjaulado por su destino, por el destino que le eligieron y solo por eso.

No solo bastaba el dolor de pertenecer aquí, era fácil que me eligieran como candidato para esposo a una hija de otro Clan, no éramos herederas, por lo tanto no habría problemas en cuanto a líderes.

Estaba furioso, no quería hacerlo, no quería conocer a la chica que sería mi futura esposa.

¿Porqué?

¿Porqué yo?

¿Quién lo decidió?

¿Por qué tenía que ser así?

¿No había otra forma de salvarme de esto?

Esas preguntas me atormentaban por las noches, y siempre encontraba la misma respuesta: el destino.

Lo entendí, todo era culpa de mi destino, de mi maldito destino.

Me aferré a mis ideales, ¿cuáles eran? Ser fuertes ante todo y que todos tenemos un destino, el cual debemos obedecer hasta el final.

¿Por qué el único destino que todos compartimos es la muerte?

No sé, pero así fue, es y será.

Hasta que la conocí.

Teníamos como 6 años, era tan linda y educada, pero sobre todo no le importaba ser de una familia importante, al contrario, era igual que yo, lo odiaba, tenía esa mirada de dolor y falta de amor, pero ella siempre tenía una sonrisa en su rostro.

Lo recuerdo tan bien, sus primeras palabras para mí fueron "Siento mucho lo de padre, lo siento mucho, mi más sentido pésame". Aunque había pasado el tiempo, ella me dio sus condolencias.

Cuando vi sus ojos, me perdí, eran tan diferentes a los míos, me hipnotizó, esos ojos tenían la capacidad de manipular todo a su alrededor, tenía el cabello tan oscuro como la noche. No diré que era perfecta, porque no lo era, tenía peor carácter que el mío, siempre se portaba bien, pero cuando la hacían enojar estaba completamente jodido.

Incluso gritó del enojo, recuerdo la primera vez que lo hizo, se enojó tanto que no me habló en dos semanas, todo para decirle que no debería faltar a sus clases personales, dijo que yo no sabía nada, y que no debía involucrarme en lo que no me importaba. Aun así, volvió a buscarme y se disculpó.

Ella siempre era la que me buscaba, cuando no podía venir, pedía que me llevaran al distrito Uchiha, allí hablamos más de mí, la primera vez que hablamos la traté con desdén, yo no quería eso, y me demostró que ella tampoco. Pero poco a poco nos hicimos amigos.

Ella me mostró que si yo era grosero, ella era peor que eso.

Y sin darme cuenta la comencé a buscar más y más, pasaron dos años y éramos muy buenos amigos y compañeros, la idea de estar comprometidos aún nos molestaba, claro que era una obligación al fin y al cabo.

Cuando sucedió la muerte de todo el Clan Uchiha, no pensé en nadie más que en ella, que si estaba bien, viva o algo así, me sentí terrible, no sabía nada de ella, lo último que supe fue que estaba muy grave, sus heridas eran terribles, había sido apuñalada de una manera aterradora, estaba entre la vida y la muerte.

Pero Dios, por primera vez escuchó mis oraciones, y ella salió con vida de ese hospital, pero, sentí que ya no era la misma, seguía con la misma sonrisa, la misma mirada, el mismo carácter pero algo me decía qué... No era ella

Que lo que pasó en el hospital después de salir no fue algo bueno, más bien, no fue lo real. No lo entendí.

Aun así, seguimos con nuestra amistad, a pesar de que ahora ella estaba a cargo de su hermano menor, aún nos seguíamos viendo en la academia y en las reuniones obligatorias para tener una buena convivencia para nuestro futuro matrimonio, porque sí. Por cruel que parezca, que seguía en pie, así lo era.

Todo sucedió muy rápido, hace apenas 5 años. Ahora éramos de Gennin con un destino que cumplir.

Así es, no cambié nada, seguí con mi mismo carácter, encerrado en mis ideales, en mi soberbia y orgullo, rencor y dolor.

Pero solo ella tenia la capacidad de que este tonto cambiara solo los minutos u horas que estaba con él, aunque solo fueran 5 minutos, o 2 horas, sonreía sin malicia para ella.

Siempre he creído que es por su habilidad de manipular todo a su alrededor, siempre esos ojos tristes, me inclinan a su merced.

¡NEJI!