ATADOS

La sorpresa

El club está repleto está noche.

- ¡Hola preciosa! – me saluda Pablo.

-         Hola – le respondo.

-         ¿Cómo estás?

-         Bien.

-         Me alegro de vuestra vuelta. ¿Qué tal el viaje de novios?

-         Fantástico – le contesto, mientras observo a Cristian que está en la otra punta del local hablando con una pareja que según Pablo lleva pocas semanas en el club.

Miro hacia la puerta y entonces les veo entrar, son Max y la Sra. Vazquez. Ella va vestida con un traje de cuero, y lo lleva a él cogido de una cadena. No puedo creer lo que veo. Le preguntó a Pablo:

-         ¿Son nuevos esa pareja que entra?

-         Sí, bueno, ella venia antes con su marido, pero desde que este murio no había vuelto. ¿Los conoces?

-         Si, él es mi ex.

-         Vaya, si quieres les pido que salgan del club.

-         No, no hace falta, no te preocupes, podré soportarlo.

Cristian se da cuenta en ese mismo instante, que Max y la Sra. Vazquez acaban de entrar. Deja a la pareja con la que está hablando y viene hacia mí.

-         ¿Estás bien? – Me pregunta cuando llega a mi lado.

-         Sí, no te preocupes. Esto va a ser divertido – digo viendo como la Sra Vazquez le da el primer manotazo a Max – Jamás crei que a Max le gustara ser sumiso.

-         Quizás no le gusta, pero por estar con ella lo acepta – dice Cristian.

-         Si, quizás sea eso.

Repentinamente, Max se da cuenta de mi presencia y de la de Cristian en el club. Le dice algo a la Sra. Vazquez y está le dice que si y suelta la cadena, y Max se acerca a nosotros.

-         Hola – nos dice al llegar a nosotros – Vaya sorpresa encontraros aquí.

-         La sorpresa es mia no solo por encontrarte aquí – digo.

-         Bueno, sólo he venido a daros la enhorabuena por la boda – parece sincero en su voz, así que le respondo:

-         Gracias.

-         ¿Y tú amiga? – Le pregunta Cristian.

-         Pues eso, una amiga – responde Max escuetamente.

-         Pero ¿Estáis saliendo juntos? – Le pregunto atrevida.

-         Sí, por el momento sí.

-         Vaya, vaya, me sorprendes, jamás te hubiera imaginado como sumiso – digo

-         Pues ya ves, todos tenemos un lado oculto ¿no? – Dice él con segunda intención.

-         Si, supongo que sí – afirmo.

-         Bueno, vuelvo con ella.

-         Por supuesto, nos iremos viendo – le dice Cristian.

Max volvió con su Ama y entonces Cristian me dijo:

-         Si quieres podemos irnos.