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La niña tierna y su padre coqueto.

Seo Changbin estaba teniendo la peor mañana de su vida.

Se había quedado dormido, y estaba yendo tarde a sus clases; la tostadora se le dañó y ya no pudo desayunar; el gas se había terminado y se tuvo que bañar en agua fría; y por último, la señora Wang había puesto sus plantas en la escalera, y por evitar pisar una, rodó el resto de las gradas y terminó de cabeza en el suelo del primer piso.

- ¿Estás bien? - un chico de mirada seria lo observaba mientras le extendía la mano.

- Gracias... - respondió, aceptando el gesto y levantándose.

- Ten más cuidado, pudiste haberte roto la cabeza - señaló, volviendo a recepción.

- Vale, adiós -

A Changbin le pareció muy lindo el omega que le acababa de ayudar, pero no pudo pensarlo más cuando vio la hora y volvió a correr.

Mientras tanto, nuestro omega favorito cerraba su departamento cuando un griterío en el pasillo lo alarmó: era una pelea de dos alfas. Algo asustado, tomó a su niña en brazos y decidió bajar por las escaleras en vez del ascensor. Tal vez estuviera soltero y con hija, pero las feromonas lo seguían afectando, como a todos los de su clase.

- Mami, ¿estás bien? - le preguntó la menor, acariciando su mejilla.

- Si bebé - le besó la mejilla - vayámonos.

En recepción se topó con que había otra vez un griterío: eran los mismos alfas, ¿habían bajado en el ascensor? No quiso averiguarlo, así que avanzó. Pero no pudo dar un paso más porque el aire se llenó de feromonas de alfas dominantes que lo congelaron.

Había pasado un buen tiempo desde que había tenido el amargo privilegio de oler una feromona. Su cabeza se empezó a marear sin control alguno, y su niña empezó a...¿gruñir?

Los dos hombres lo observaron, dándose cuenta de su presencia. Ambos parecían olvidar su riña y sus expresiones cambiaron de estar enojados a complacidos de repente.

- Cariño, te dije que no bajaras sin mí - dijo una voz a su lado, junto a un brazo que rodeó sus hombros - que bonita arreglaste a Chaewon.

- ... -

- Vamos - insistió la voz - y caballeros, controlen sus hormonas.

Logró salir del edificio, girando a ver a su salvador: era un chico alto, de tez canela y cabello café castaño claro; utilizaba unos lentes redondos y su sonrisa era perfecta.

- Muchas...gracias - soltó, recuperándose del susto.

- No es nada, te vi en apuros - comentó, sacando una paleta - que protector eres pequeña. Lo hiciste muy bien, así debes proteger a tu "mami".

- Sí señor - la pequeña sonrió, aceptando el dulce.

- ¿Cómo supiste el nombre de mi hija? - cuestionó el omega, levemente confundido.

- Lo trae en el gajete en su cueño - señaló - ¿su nombre es en chino?

- Algo así - sonrió - se lo puse yo. Gracias por lo de hoy.

- No es nada - insistió - ser padre soltero no es fácil, ¿verdad?

- ...¿cómo-

- Llevas en tu bolso un inhalador, cuando debería estar en la mochila de tu hija - aclaró - llevas apenas una bolsa de maquillaje, además de que bajaste solo y hueles a tu hija. Eso significa que tu alfa no te llena de su feromona; además de que no tienes ninguna marca.

Felix se quedó quieto, boqueando sin poder formular una respuesta en realidad.

- Mami, vamos tarde - le recordó Chaewon, jalando su camisa.

- O-Oh si bebé, lo siento - volvió a la realidad - Lee Felix.

- Hwang Hyunjin - amplió su sonrisa - vivo en el piso tres, puerta 512. Cuídate.

- ¡Gracias, adiós! - se despidió, cruzando la calle con prisa.

Ambos corrieron hacia el metro: Changbin ganando tiempo por sus largas piernas, y Felix corriendo por su vida con peso doble. Entraron apenas en el vagón, recuperando el aliento dentro de este a grande bocanadas.

Fue cuando el padre bajó a su niña, arreglando su enmarañado pelo desarreglado por el viento y la carrera. Gracias al reflejo del espejo pudo arreglarse el suyo, concentradose un poco más.

Fue cuando Lee Felix observó al alfa más alto y brillante que había conocido en su vida. Se dio cuenta de que tenían el mismo color de pelo, al igual que en sus ojos y tono de piel.

¿Acaso él...sería su papá?

Se parecían tanto, mezclado con su mami, que realmente pensaba aquello. Era una niña tan inocente, que recargó su mochila, firme; avanzando con pasos temblorosos, abriéndose entre la gente hasta llegar hasta él.

Changbin estaba concentrado en su celular cuando sintió que una pequeña mano tomó la suya y se giró rápidamente, curioso de quien era.

¡Era una cachorra!

Fue cuando la nena alzó su vista, fijamente en él, con los ojos más brillosos que haya visto en su vida. Entonces, de la nada, sonrió.

- ¡Papi! - exclamó, llamando la atención de pocos.

El alfa rió levemente, agachándose para tomarlo entre brazos.

- Hija - contestó, feliz - ¿te estás portando bien, ¿eh?

Fue cuando Felix vio la escena y sonrió, enarcando una ceja.

- No es tuya - dijo, riendo levemente - pero podemos tener otro.

De repente, las mejillas de Changbin se tiñeron de rojo ante la presencia de aquel hermoso omega. Sentía como su corazón empezaba a palpitar frenéticamente ante la propuesta. ¿Cómo es que lo podía decir a la ligera?

Este se acercó y tomó a su hija, quitándoselo.

- Mami - chilló el pequeño - ¿por qué me alejas de papá?

Fue cuando Felix también se sonrojó y se disculpó entre susurros. La puerta del vagón se abrió y ambos salieron disparados del lugar.

Buena manera de conocer a una persona en un tren.

- 𝒎𝒐𝒄𝒉𝒊 🍡

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⏰ Last updated: Apr 29, 2023 ⏰

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Papi! - changlixWhere stories live. Discover now