| Daiki 1/2|

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—Hoy quiero quedarme todo el día en cama — Izuku se quejó.

Alfa y omega estaban en la cocina. Era domingo y de mañana. Katsuki abrazó a su esposo apegándolo a su pecho, pudo sentir el bajo tibio donde Izuku sostenía una taza de té para aliviar las náuseas entre sus cuerpos .

—Puedes dormir todo lo que quieras y no levantarte, lo sabes — el rubio contestó, recibiendo solo murmullos de queja.

—Pero quiero jugar con mis bebés.

—Los cachorros aún no se despiertan, tenemos tiempo de sobra — Katsuki besó la frente pecosa de su omega.

Se quedaron un rato en silencio, disfrutando del calor de sus cuerpos apretados en el abrazo e Izuku tratando de beber su té a sorbos sin despegarse ni un poco de su esposo.

—Kacchan, ¿Cuándo les diremos a los niños? — Izuku suspiró.

—¿Qué, exactamente? ¿Qué habrá dos bebés más en casa o que nos tenemos que mudar en menos de una semana?

—Mmh..., que tenemos que dejar la casa e ir a una nueva, definitivamente esa...

—¿Qué? — la voz de Daiki fue débil.

Katsuki e Izuku se separaron sobresaltados, no lo habían escuchado llegar. Pero antes de que algunos de los dos contestaran. Daiki se alejó, con obvias lágrimas en los ojos.

—¡Haru! ¡Mamá y papá quieren que dejemos la casa! — gritó dramáticamente mientras corría a la habitación que compartía con su hermano mayor.

—Ay, mierda — fue todo lo que Katsuki pudo decir.

Fue cuestión de segundos que ambos niños regresaran hasta ellos con lágrimas cayendo como tan rápido como la corriente de un arroyo por sus mejillas rojas, sin entender por qué tenían que dejar su casa. La pareja se había puesto a su altura tratando de calmarlos, pero sin éxito, los dos hablaban a la vez y no se les entendía nada con el llanto.

Katsuki tomó a ambos cachorros en brazos, y los llevó hasta el sofá más grande, se sentó y trato de ponerlos en su regazo, pero una vez que Izuku estuvo sentado a su lado, Daiki se removió en sus brazos y se apegó a Izuku, escondiendo su rostro en el cuello de su mamá.

—Está bien Haru, déjalo salir — Katsuki acarició la espalda del niño en círculos, calmando su llanto.

Habían pasado minutos, ambos niños habían dejado de hablar, ahora solo escuchaban solo suspiros y uno que otro sollozo.

—Mírame conejito — susurró Izuku a Daiki, logrando que el cachorro levantara la cara y el omega limpiara sus mejillas húmedas.

—¿Por qué nos tenemos que ir? — preguntó Haruki con voz floja.

Ambos adultos se miraron, fue un acuerdo tácito que no era momento para soltar la otra noticia.

—Es porque tú y Daiki están creciendo y necesitamos un lugar más grande — Katsuki respondió. —, la nueva casa es bonita. Tal vez tú y tu hermano tengan su propia habitación.

—¡No! ¡Quiero compartir con Haru! — El cachorro de rizos verdosos gritó.

—Está bien, Daiki. No tienes que gritar — reprendió Izuku con suavidad. El cachorro se volvió hacia él susurrando un "Lo siento, mami" y volviendo a esconderse en sus brazos.

—Yo igual quiero seguir compartiendo con Daiki.

—Está bien, no tienen que hacerlo si no quieren... — Katsuki trató de llamar la atención de su cachorro más pequeño, pero este lo evitó.

Falling for You | DRABBLES | - [KatsuDeku]Where stories live. Discover now